El beso inolvidable

El beso inolvidable

Roxana Roberth

24/02/2021

Lili, era una muchacha de estatura pequeña, muy simpática, con una cara regordeta y bonita. En sus mejillas unos hoyuelos, aumentaban el encanto de su sonrisa. Tan soñadora, que a veces, no sabía si estaba despierta o dormida cuando imaginaba o vivenciaba distintas historias. Desde muy niña su corazón y pensamiento estaban ocupados por Pedro, que iba al mismo colegio y era dos años mayor. Dueño de una amplia sonrisa y unos rulos como resortes que lo ayudaban a ocultar su gran timidez. Sin embargo, Lili, notaba que los profundos ojos negros, la seguían hipnotizados, alimentando aún más su fantasía de poder un día sellar su sonrisa con un beso.

El tiempo del colegio pasó sin que Pedro se animara a decirle nada. Solamente la miraba y sonreía desde lejos.

Lili, confundida y envalentonada cada día más, no soportaba la timidez del dueño de su corazón. Elaboró mil planes para poder darle el ansiado beso a su amor imposible. Nada le resultaba. Hasta que un día fue corriendo para comprar porque cerraban el almacén…

Al doblar la esquina como un camión de bomberos sin frenos, se chocó de frente con Pedro cuando venía caminando tranquilamente, con una bolsa de naranjas en la mano, que volaron por el aire y fueron a parar al medio de la calle.

Lili, aprovechándose de la situación; abrazó fuertemente a su amor eterno y sin más preámbulos, le estampó un beso memorable. En ese instante esperaba sentir las tan mencionadas mariposas y en cambio sintió que el estómago le bajaba y subía como si se fuera a descomponer. Sin entender el rechazo producido, siguió corriendo, pero hacia su casa. Tras el incidente tan desagradable, olvidó que iba al almacén.

La sombra del día se fue acomodando para dar lugar a la noche. Junto con ella, una esplendorosa luna asomaba tímidamente cediendo a los guiños y fulgores de las estrellas que la rodeaban expectantes, como centinelas incansables del cielo nocturno. Lili, desolada por semejante decepción, todavía sentía pegado a su boca el olor nauseabundo de la boca de su amado.

Pedro, por su lado, quedó extasiado con el primer beso que había rosado sus labios, pero también avergonzado porque Lili, habría descubierto su secreto. Sufría de halitosis, que era un fuerte olor que emanaba de su boca.

Luego de superar la vergüenza, pensó en darle una solución a su problema. Recorrió muchos médicos que lo desalentaron. Pero siguió insistiendo en su búsqueda, hasta encontrar uno que le dio un tratamiento para su dificultad.

Había pasado un año desde aquel fatídico día. No había vuelto a ver a su amada, aunque siguió pensando en ella.

Decidió ir a comprar a la verdulería y cuando volvía otra vez se chocó de frente con un torbellino arrasador que, sin querer, le dio un beso soñado… Era Lili que iba corriendo al almacén. Sin pensarlo, se dejaron llevar por la pasión y por fin vinieron las mariposas para desencadenar el más bello amor, sellado por un beso inolvidable…

Roxana Roberth

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