Besos oníricos

Besos oníricos

Esteban T. C.

18/02/2021

Desde muy pequeño sufrí de exclusión, en primaria nunca me elegían ni me llamaban para nada, solo mi reducido grupo de amigos.Y hasta ahora sigo sufriendo de eso, pero por parte del amor, claro que no hablo del amor fraternal o amical, hablo de aquel amor, ese que te acompañara al resto de tu vida, ese que se vuelve mas que una amistad, ese que te da besos, pero que desafortunado soy, como si el mismísimo amor no supiera que existo. Unos afortunados ya lo tienen, otros rechazan aquella hermosa oportunidad, como quisiera estar su lugar. Al pedirles ayuda dicen “aun eres joven, pronto llegara” pero ¿Como van a saber ellos la desesperación que tengo? ¿Como van a sentir el miedo de morir solo que tengo? Oh, todos los días me atormenta esa visión, yo pudriéndome solo en una fría silla de madera sin nadie cerca de mi, con todos a los que amo ya muertos.

Díganme acaso ¿Como es que se puede extrañar tanto a alguien que nunca existió? ¿Como se puede llenar ese vacío que no se puede llenar? Quiero que ese vacío desaparezca y llenar el de alguien más, quiero amar y ser amado por una persona, como es que lo anhelo.

Tanto sufría que hasta mi propia conciencia se apiado de mí, presentado en mis mas bellos sueños, aquella persona especial.Yo sabia que no era real, y sabia que estaba soñando, pero no me importaba, preferiría fingir ignorancia y disfrutar cada vez que podía de ese paraíso onírico.La recuerdo perfectamente, siempre andaba deslumbrante y hermosa, pero en cada oportunidad, su rostro se tapaba por una oscura capa de sombra, pero seguía sin importarme.Tal vez era una forma de mostrar mi falta de creatividad para imaginar rostros, sin importar eso, daba los mejores besos, era la perfección para mí, por fin había encontrado un consuelo para mi angustia.

Pero en el fondo seguía sufriendo y aun más, al recordar que no era real, me dolía mucho más, pero seguía ignorándolo.Díganme, para ustedes vale mas unos pequeños momentos de felicidad máxima, pero con una tristeza enorme después, o una tristeza menor, pero en todo momento, yo preferí la primera opción, y sigo dudando si es que fue la correcta.

De la nada, empezaron a ser menos recurrentes los sueños y pensamientos donde veía mi amada, estaba desesperado por saber que pasaba, no quería que se fuera, pero no recibí respuesta alguna, tuve que deducir por mi mismo lo que pasaba, y todavía no lo hago, ¿Será acaso que mi mente necesitaba algún tipo de combustible para poder soñar lo que quería? O quizás, como mi mente se apiado de mi dolor, se dio cuenta de que esa no era la solución que necesitaba si no la que quería, o tal vez era para que no se me quede en la cabeza, la idea de la persona perfecta y no aceptar alguna oportunidad futura.

Sea lo que sea, sigo desesperado para encontrar ese amor.

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