Beso de lollipop

Fue una tarde, una de las mejores tardes de mi vida, hoy tan solo un recuerdo, el cual añoro y guardo en mi mente y corazón.

Fuimos a comprar chucherías (golosinas) y compramos dos chupetas o como le dicen en inglés, lollipop.

Nos sentamos en uno de los tantos bancos del parque, estaba tan feliz, salir a pasear contigo y compartir un rato, no lo hubiese cambiado por nada del mundo.

De la nada, me sonreíste y te acercaste más a mí y me pediste un beso. Teníamos tiempo de novios, un poco más de dos años. Te sonreí y me acerqué a tu cara, te metiste la chupeta en la boca y luego me besaste.

Me emocioné y te regresé el beso de una manera fogosa. El mejor beso de toda mi vida, sin duda.

Besar así, fue la cosa más excitante, tierna, amorosa del mundo… un sin fin de sensaciones. Tan fácil, tan sabrosa, tan increíble de vivir.

Un beso con amor, pasión y dulzura. Un beso que me llenó de vida.

Me gusta pensar de vez en cuando que te acuerdas de mis labios, de mi manera de besarte.

Escribir esto me genera dolor, pero no puedo evitar recordar los momentos felices, incluso los tristes. Todo se resolvía al besarte. Al besarnos sabía que todo iba a estar bien.

Por eso no pierdo la fe, la esperanza de volver a besar tus labios con o sin dulce.

No quiero otros labios, ni otros besos, los tuyos ahora son recuerdos, hermosos recuerdos.

Nuestro primer beso lo recuerdo, más no recuerdo el último, es mejor así. Al menos tengo una tregua con el dolor. Ahora entiendo lo de los besos amargos, no es darlos, es la ausencia de ellos, por eso son amargos, porque no existen…

Podría pasarme un día entero recordando nuestros besos, pero eso es cruel. Me lastimaría y ya no hay más lágrimas o al menos eso creo. Creía que una tiene un límite de lágrimas en el amor, pero lo cierto, es que en el momento que menos lo esperas los ojos se empañan y esas gotas saladas comienzan a brotar y nublan hasta los recuerdos.

Dejé de hacer muchas cosas, lo sé, cualquiera diría que es tonto, pero lo cierto es que, entre menos haga cosas que me recuerden que no te tengo… bueno, es mejor soltar y seguir adelante.

Así que cuando veo una paleta, chupeta o el nombre que reciben los lollipop, me acordaré de ti y de nuestro beso dulce. Espero que tú también lo recuerdes y sonrías.

Hay una contradicción grande. De distintas maneras sigo leyendo, oyendo y mirando esto: Suéltalo, déjalo ir, no esperes nada. Frases como: “lo que es del cura va para la iglesia”.

Al principio pensaba que tenía que renunciar a ti, pero mientras te ame, te tendré presente. Intento mantenerme positiva, no dejar que mis pensamientos, los negativos, me ganen. No, así que diré esto:

Quiero de nuevo tu beso dulce en toda la palabra.