Por toda la eternidad

Aun no puedo creer lo que acaba de pasar, estoy pensado y no me puedo hallar, no me lo creo. Todo estaba bien y den un día a otro paso, pero todo esto tiene una historia.

Soy enfermero de un hospital grande de Lima en Perú, y bueno todo comenzó así. 

Era una tarde de esas que llaman tranquila algunos, yo atendía a los enfermeros de covid – 19, enfermos que aun no entraban en cuidados intensivos. Hasta que de pronto escucho la ambulancia llegar, otro enfermo acaba de llegar me dije y bueno si, la verdad era eso, llegaba otro enfermo pero no cualquiera y no era uno, sino eran mi abuelo y abuela, 70 años tenia ella y el 78. No supe como reaccionar, estaban con una saturación de 90 ambos y se contagiaron porque antes mi tío los visito, cosa que nunca me gusto. 

Los atendía con mas cuidado que otros, tanto así que me llamaron dos veces la atención, y es que no podía ser insensible a ellos y con los meses que vi gente entrar viva y salir muerta, mis ganas ya se iban agotando. Recuerdo que ellos estaba juntos ella en la cama 12 y el en la 14, los pares en una columna. 

Por suerte ellos tenían fuerza para hablar, no estaban con miedo, sino mostraban mucha fuerza, esa que me ayudo a levantar mis ánimos caídos cada día y deja de llorar frente a ellos. Siempre me decía que siga con lo que hago, que no deje de ayudar y que me aman, cada vez me aguantaba las lagrimas para demostrar que también puedo ser fuerte a mi edad. Había veces en que cuando descansaba me iba a conversar con ellos y hacíamos zoom con la familia para darles mas fuerza, pero al parecer ellos no las daba a nosotros, que increíble que en su situación sea mas fuerte que cualquiera.

Llego el sexto día de su internamiento y por coincidencia ese día cumplían 50años de matrimonio, en la mañana prepare algo para ellos en complicidad con los enfermeros de esa área, les llevamos unos globos con los números 50 y una torta pequeña. Mi abuelo con las pocas fuerzas que tenia se pudo levantar y le dio un beso a mi abuela, todos aplaudieron. que mágico.

Llego la noche y mi abuelo empeoro, no tenia ganas de nada estaba temblando y de pronto lo tenia que llevar a UCI, eran las 4am y lo llevamos, pero antes mi abuela con la fuerza que tenia se levanto y le dijo: «Te amo» y con un beso, el ultimo por mas doloroso que suene, se despidió. Ahí creo que empezó la eternidad para ambos.

 Mi abuelo falleció a los dos días en UCI, y mi abuela destrozada por la pena se empezó a deteriorar, no encontró cama en UCI y murió en mis brazos 3 días después de mi abuelo.

Ahora estoy contando esto y llorando frente al mar esperando que ese amor dure toda la eternidad.