Más que una alfombra aterciopelada,
se desliza en nuestra concavidad espacial,
para sentir el gusto que nos deja el Otro,
al danzar con nosotros en nuestra intimidad.
Tengo recuerdos de bailes enérgicos que se agotaron por no respirar.
Hubo otros tantos faltos de asco que se inundaron en mi paladar.
De todos ellos me guardo algo para recordar,
Y cuando el frío me abrace en la noche tan solo resta rememorar.
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