Miedo…déjame ver

Miedo…déjame ver

No me pegaba,solo me trataba mal o quizá debo decir ¿Me maltrataba?, en muchas ocasiones pensaba que tenía razón, era torpe abriendo los botes de conserva, necesitaba de su ayuda, descuidada porque alguna vez se me caía algún objeto al suelo, ese suelo que lucía una madera reluciente que tanto adoraba, inútil por no dejar perfectamente la raya de su pantalón planchada, desastre de mujer cuando en alguna ocasión la comida quedaba un tanto sosa y un cuanto payasa cuando me disfrazaba para hacer más feliz la infancia de mis hijos.

Todas las mañanas, cuando me quedaba a solas con mi confidente, D. Espejo le decía:

– Hoy va ser un buen día, pondré mucho cuidado, haré todo con esmero, actuaré con sigilo, seré perfecta, se sentirá muy orgulloso de mí y me querrá más.

El día transcurría, al llegar la tarde,volvía del trabajo, sus pasos me anunciaban si había tenido una mala jornada, era cuando más cuidadosa debía de ser al dirigirme a él, pensar muy bien que palabras decir antes de hablar, sabía que no podía preguntarle cómo le había ido el día porque entonces le ofendería y me contestaría:

-«Pues mal. ¿ cómo quieres que me haya ido?, qué cosas me preguntas, pareces tonta», tampoco podía permanecer callada porque era cuando me recriminaba que no me preocupaba de sus problemas, optaba pues por decir:

-«Buenas tardes cariño», a lo qué respondía un frío y seco «Hola».

Mis hijos observaban en mis ojos tristeza y miedo pero siempre callaban, quizá por el mismo motivo que el mio, temor.

Una mañana como cualquiera, oí una voz proveniente del baño, asustada, fui hacia allí pues estaba sola en la casa, «uf«, era Don Espejo dirigiéndose a mí con mucha dureza pero repleto de sinceridad me dijo:

– «Chica asustada», esto es lo que te espera en la vida hasta tus últimos días o los de él.

«Vaya mierda de vida», le dije mirándole tan profundamente cómo nunca había hecho y despidiéndome de Don Espejo, agradecida por no juzgar al presenciar mis lágrimas y lamentos tantas veces, marché.

Mis hijos en la actualidad no me han perdonado, recriminándome que debería haber sido más paciente, total.. era solo su mal carácter.

Esa chica asustada, hoy se ha vuelto a enamorar, observo a lo lejos una mujer feliz abrazada por su gran amor. La libertad.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS