Lagrimas de una nación

Lagrimas de una nación

Arbys Abreu

30/10/2018

Es difícil no sentirse ultrajado con la situación de un país como Venezuela, no sentir dolor ni remordimientos, tener o sentir indiferencia es algo totalmente imposible e inhumano desde cierto punto de vista. En la medida de lo estricto es ridículamente tonto pasar por alto tal sufrimiento, y es por esto que como venezolano presento esta historia de un país que a pesar de las adversidades se sobrepone y supera día tras día con esfuerzo y sentimiento, una historia de superación no solo personal ya que hablo en nombre de una misma historia que al igual que yo, todas las familias de este hermoso país viven.

Durante algunos años muchos nos han dicho que no podemos salir de esta situación, que es prácticamente imposible hacerlo de manera pacífica, que debemos acostumbrarnos a lo peor o en ocasiones aún mas radicales, que debemos arriesgar nuestras vidas o la de nuestros seres amados para poder superar esta dura crisis que enfrentamos todas las familias venezolanas que hacemos vida en nuestro país. Sin embargo, estamos quienes con valentía y quizás terquedad y estupidez para muchos decidimos asumir la realidad de lo que vivimos y aún así sonreír a la vida y dar las gracias de cada momento con nuestros familiares y amigos. No dejamos que nadie nos diga que no podemos, que debemos dar nuestra vida a cambio de la libertad, y es que muchos piensan (una vida sin libertad no es vida) y yo les respondo (una vida de libertad con dolor, tristeza y remordimientos no es libertad).

Y así como yo pienso se que hay muchos quienes están en la misma situación. Que no se rinden, y que no afincan su rodilla en la tierra para inclinarse y aceptar que todo está perdido, que no hay solución alguna ni mucho menos. A esas personas que piensan que ante la libertad hay que arrodillarse y dar la vida, que ante el sufrimiento hay huir, que ante la necesidad hay que bajar los brazos, y que ante una crisis hay inclinarse y decir está bien no puedo. Como venezolano les digo ¡SI PUEDO! un simple buenos días, un niño que quizás está en situación precaria y aun así nos regala una sonrisa, un abrazo de una madre que da el sudor de su frente por sus hijos, el te amo de un padre que sale día tras día a ganarse el pan que con trabajo y honestidad lleva a la mesa de su hogar, vale la pena. Vale pena quedarse y optar por la vía pacifica, tan solo para seguir disfrutando de esos lindos y pequeños gestos que nos hacen ser humanos, hijos, esposos, padres, amigos y ante todo un buen venezolano. Si se puede salir de esto, si se puede hacer de manera pacífica, si podemos hacer un cambio, si podemos marcar la diferencia, si podemos lograr nuestra meta, si podemos alcanzar nuestros sueños, si podemos reír ante las adversidades, si podemos sentirnos orgullosos de ser venezolanos. SI PODEMOS SER NUEVAMENTE VENEZUELA

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