¿Qué tanto amo la persona que soy? no logro darle respuesta a la pregunta que yo mismo me hice.

Odio esta pregunta, de verdad la odio. Si fuese una persona, la vería a la cara y sin detenerme un segundo a pensar le gritaría con mucho estruendo todo lo que pienso, todo lo que pienso de mí, alzaría la vista para dirigir mi mirada hacia la suya, y con lágrimas brotando de mis ojos diría mi quebradiza voz ¨No hay algo en mí que de verdad ame, porque yo me odio, odio ser quien soy y odio saber que yo soy yo.¨ Triste forma de pensar de mí, ¿no es cierto? lo es, es muy desalentador ir a dormir durante las noches y pensar que no me siento bien con la persona que soy, porque irremediablemente yo no puedo ser alguien más, yo vivo mi vida, disfruto mis alegrías, saboreo mis tristezas, dejo ir mis penas, veo mis recuerdos, amo a quienes me aman, y, al final de todo lo que es especial a mi alrededor, me encuentro conmigo, y me doy cuenta de que yo bien podría se la pregunta que tanto odio, esa pregunta que yo mismo me planteo, soy yo, porque soy yo quien la hace, soy yo quien la medita, soy yo yo quien sufre pensando en ella y al final de cada enfrentamiento contra ella, nunca logro darle una respuesta.

Si me detengo a pensar un momento, puedo verme, y veo que no me gusta ser quien soy, porque estoy lleno de todo lo que no me gusta, o de todo lo que odio, porque soy una mala persona, porque mi pasado me persigue, porque incluso hoy en el presente sé que quien soy no es alguien bueno, y aún sabiendo esto, no hago un mínimo esfuerzo por cambiar lo que odio de mí quizá porque no tengo el coraje suficiente para hacerlo.

Si me detengo a pensar una segunda vez, veo que yo no soy sólo yo, porque, me he forjado una personalidad que en pequeñas pero bellas cantidades se asemejan a las personas que tanto me aprecian. Ésto puede ser algo que no baste para sentir que de verdad me amo, pero si es suficiente para darme una bofetada y decirme ¨¡No tienes que seguir siendo quien no eres!¨
Inevitablemente yo soy quien soy, una persona que puede estar llena de amargura y odio, pero sin importar qué tan malo sea, siempre hay algo bueno entre todo eso malo, siempre hay una pequeña maravilla que reluce con perseverancia entre las tinieblas de mi horrible ser. Si hay una pequeña cosa buena en mí, quizá hay más, quizá muchas, o pocas, las que sea que sean, si las junto, quizá encuentro algo en mí que me diga que, al final del día puedo ser alguien malo, pero tengo cosas buenas que me hacen ser bueno, y es por eso que sé, que aunque no me amo, un día me amaré.

Esa es mi respuesta

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