Desde que decidí cargar una mochila de 60 litros sobre mi espalda, comprar un pasaje solo de ida a Colombia sin saber cuando ni como volvería a la Argentina; Muchas personas suelen hacerme la misma pregunta. No importa de qué nacionalidad o cultura sean. La pregunta es la misma, en español o en inglés.
«¿Por qué viajas sola?, ¿No tienes miedo?»
Sepan disculpar por el error ya que son dos preguntas.
Depende cuánto quiera escuchar el otro sobre mi vida, suelo explayarme más o menos en mi respuesta.
La realidad es que la mayoría de los que deciden viajar, sean hombres o mujeres, lo hacen por el simple hecho de que en algún momento de sus agitadas o estancadas vidas se dieron cuenta de que no podrían concebir vivir de otra manera.
Viajo porqué quiero hacerlo.
Jamás pensé en si lo hacía sola o acompañada. Nunca me hice esa pregunta.
El que desea realmente viajar lo hace en compañía o sin ella, de a ratos, por meses, años o en el mejor de los casos, por siempre.
Formas de viajar, hay miles. En el camino vas encontrando cuál es la mejor manera de hacerlo para tí y de paso te vas conociendo un poco más.
¿Miedo a viajar? La verdad lo que más miedo me daba antes de iniciar este viaje, era imaginar llegar a tener muchos años, estar sentada en una reposera viendo la vida pasar desde alguna ventana y no tener nada porque sonreír. Estar vacía de anécdotas y de extraordinarias experiencias es lo que más miedo me daba.
Siempre me sonó muy cliché decir que hay que hacer lo que realmente deseamos.
Pero desde mi propia experiencia y desde lo más profundo de mi ser, puedo decir y afirmar que no hay nada más increíble para el ser humano que conectar con su deseo.
A partir de ahí el mundo se vuelve interminable; ya no se espera a que sea viernes o que lleguen los benditos 15 días de vacaciones para poder disfrutar de todo lo que realmente te hace feliz.
Podés seguir leyendo miles de blogs de viajes (yo lo hice por mucho tiempo) buscar pasajes a cualquier destino todo el tiempo, seguir subiendo fotos de viajes anteriores y hasta tachar el calendario con los 364 días que restan para tu próximo destino.
Podés seguir así toda la vida.
Pero te puedo asegurar que hay mucho más que aprender si dejas de lado tantas preguntas y empiezas a encontrar tus propias respuestas.
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