Cargo prestado el no recuerdo de un verano.
De una playa y un mar anclado al paladar.

De una copa de helado enorme con bengalas, chocolate, nata y una madre que no es mía.

El recuerdo del calor y la humedad pegada a la piel.

El sabor a sal y a fresa,

tu vergüenza y mi risa,

y las estrellitas que no paran de estallar sobre la mesa.

Alicias y Sombrereros cantando un no cumpleaños y mi corazón como testigo de la memoria.

Cargo prestadas historias soñadas, historias robadas, historias del alma.

Exquisitas.

Perpetuas en todo aquello que permanecerá eterno en tres despistados, que esa noche brillaron más que las estrellas.

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