Cuanto mas lo pienso mas me obsesiona. No se que esperaba encontrar en aquella habitación, llena de manjares, sabores y deliciosos aromas. «No te resistas» dijo una de ellas, y no lo hice, saboree cada platillo como si mi vida fuera a depender de ello y así fue. Cada bocado era un éxtasis de placer divino, el sabor dulce y amargo envolvían mi paladar con una fuerza brutal. El aroma del pan recién salido enloquecía todos mis sentidos. ¿Cuando volveré a comer así?, esa era la pregunta que daba vueltas en mi cabeza cada que tenia oportunidad, y la respuesta es que jamas iba a volver a sentir semejante delicia, porque no existía, el delicioso queso, el pavo, la fruta, no eran mas que arena y el vino fresco solo eran bocanadas de aire, supongo que eso es lo que me gano por haberme perdido en el desierto. Pero voy a saborear este recuerdo hasta el momento en el que mi corazón deje de latir.
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