¿Conoces la sensación de la esperanza? Es como lo describe la naturaleza a un komorebi, un pequeño rayo de luz entrando por oscuras ramas, así es como llegó a mi vida ese rayo de luz de belleza sobrenatural. Y así va por la vida esos momentos iluminando vidas a su paso, para devolver la esperanza, Ahí en plena oscuridad , tal vez unos buenos metros bajo tierra radica una pequeña semilla, esperando un rayo de luz que le de esperanzas de vida, esa pequeña semilla es producto de lo que un día fue la más hermosa de las flores del jardín que antiguamente era joya preciada a la vista de los seres que radican en dicho bosque; llegaron las tormentas y algunos seres carroñeros que se llevaron toda su luz, más quedo esa pequeña semilla con ansias de florecer.

Llegó el día, aquel komorebi estaba cerca, esa pequeña amiga conocía perfectamente la esperanza que esta significaba, se arregló como nunca, jaló sus minerales , absorbió todo el agua necesario para poder crecer, esperaba ansiosa con su maleta llena de ilusiones que aquel komorebi le diera nueva vida ¡ Aquí estás! ¡Cuánto has demorado! se limpió sus lágrimas y con gran emoción se preparó para poder salir de nuevo a flote, pasaron días y meses, cada día y semana había un nuevo logro en ella ¡Que emoción!¡Volverían los días de felicidad!.

Creció y desplegó una belleza extraña , no era como recordaba, su brillo no era el mismo pero por lo menos ya estaba sobre tierra, como siempre soñó ¡Que importa la apariencia! ¡Estoy viva! pensó aquella pequeña ya convertida en una muy extraña flor, cada atardecer se despedía con pena del brillo que llegaba a través de las ramas, algunos días Komorebi se quedaba a platicar un poco más con ese pequeño ser. Era curioso como animal de circo, Komorebi entendía perfectamente que era un ser extraordinario y se sentía orgulloso de ella más también callaba su gran verdad , pronto cambiaría la estación, tendría que marchar. La pequeña flor poco a poco se daba cuenta que la posición de Komorebi era distinta, el brillo ya no era el mismo, ella sabía que era el momento, se acabó su primavera, se acabó su momento.

Las despedidas suelen ser tristes cuando al ser quien daba la luz te tienes que ir y eso lo entendía perfectamente, ella era el pequeño ser que estaba destinado a vivir siempre de momentos más no de eternidades, Komorebi donde fuera sería de brillo y ella solo dependería de él.Al día siguiente se levantó distinta, Komorebi la buscaba para reír de sus tantos chistes malos, pero ella no reía más, escondía entre sus hojas su aliento y su mirada llorosa, era el ciclo de la vida.Y así entre orgullos tontos y días vanales se fue acabando su primavera, se fue acabando su brillo. ¡Aterrador sentimiento de desolación! Ella volvería a la ser ahogada como semilla y él con su brillo seguiría adelante sin mirar atrás, porque él nunca vuelve atrás.

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