Las manos de mi madre

Las manos de mi madre

MARICARMEN

24/08/2020

Las manos de mi madre se llenaban de harina todos los días para preparar nuestra comida. Mamá amasaba como nadie y preparaba el pan casero más rico del mundo. A algunos le ponía chicharrón y los preparaba tempranito en  el horno de barro. Y después a la mañana nos despertaba ese olor a pan recién horneado. Yo lo untaba con manteca y dulce de leche, mi padre con algún dulce casero hecho por él o mamá que podía ser de peras, manzanas, duraznos o zapallos. Mi hermano en cambio le ponía queso fontina (su favorito) y con alguna feta de jamón cocido o salame. Mi madre a veces lo comía con dulce, pero la mayoría de las veces con quesos y fiambres.   ¡Le gustaba tanto lo salado! Y recién salido del horno crujiente,  ¡era un deleite para los sentidos! También hacía las pastas caseras deliciosas.  A pesar de ser hija de españoles amaba la comida italiana.  Así era doña Carmen, expresaba el amor cocinando como los dioses. Conservo su recetario y el libro de Doña Petrona de Gandulfo, que era «la chef de moda de ese momento». Cuando pienso en ella veo el legado que dejó, lleno de sabor. 

Las manos de mi madre, esas que acariciaban, curaban, sostenían y cocinaban, siempre llenas de amor.-

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