Evolución, por Gregoria S.
Cuando me desperté esta mañana después de un sueño intranquilo, me encontré sobre mi cama convertida en una monstruosa criatura. Era enorme y fea, con la piel blandengue. Tenía cuatro gruesas extremidades — ¡sólo cuatro! — y una cabeza grande como separada de mi cuerpo. Me levanté y sorprendida me vi caminando en dos patas....