¡Gracias Cleopatra!

¡Gracias Cleopatra!

Afrodita

15/11/2021

Si buscamos la definición de Tecnología dice «conjunto de instrumentos, recursos técnicos o procedimientos empleados para un determinado fin». Esto quiere decir, que desde que el mundo es mundo, el hombre se ha procurado adelantos que le permitan vivir mejor y tener una vida más plena. O más feliz. 

En el tema que me aboca, quiero darle gracias a Cleopatra, esa reina de Egipto con apetito sexual tan voraz, que enloqueció a Julio César y a Marco Antonio. Pero que no se detenía al momento de disfrutar del goce de su sexualidad, sino que fue la que inventó el primer consolador de la historia. Este consistía en una caja de papiro enrrollado, lleno de abejas, que al introducirlo vibraba de forma natural. Ella sola había aplicado tecnología para su propio disfrute. 

Si bien no se encontraron pruebas que lo confirmen, el mito que surgió fue creciendo de boca en boca, y con ella la mujer que desafiando a su tiempo, se encargaba de sentirse bien consigo misma.

En en siglo XVII, en un convento de Francia encontraron escondido en un sillón otro consolador casero. Esto muestra que la tecnología de placer femenina siguió evolucionando. De aquél papiro se pasó a otro artefacto: un objeto con la forma y el tamaño semejante a un pene real. El peculiar descubrimiento estaba escondido en el relleno de un sillón, era de marfil y tenía un pequeño émbolo donde se colocaba un líquido para simular una eyaculación. El hallazgo no tenía doble lectura: en el convento había un (mal llamado) consolador. Y era uno muy particular y  es el más antiguo del que se tiene registro. Los investigadores no han podido concluir con qué líquido se rellenaba el émbolo pero queda claro que era un instrumento de placer para las habitantes de allí. 

El paso del tiempo nos llevó a rígida moral victoriana de finales del siglo XIX, cuando las mujeres empezaron a padecer una rara enfermedad llamada Histeria. Las histéricas (siempre mujeres), tenían arritmias, insomnio, estaban irritadas y llegaban incluso a desmayarse. Los padres y maridos, esos rígidos señores ingleses, llevaba a estas mujeres a los masajes uterinos del Dr Joseph Mortimer Granville. Los masajes duraban largo rato, y las mujeres podían aflojar tensiones y salir relajadas. 

El machismo imperante no quería hacerse cargo de la verdadera situación: esas mujeres necesitaban orgasmos. Y como esa palabra estaba mal visto, pagaban elevados montos al médico que se encargaba de hacer en el consultorio lo que el marido no hacía entre las sábanas (de su casa, ya que sí lo hacían en las sábanas de los burdeles).

Las manos del querido doctor quedaban acalambradas, por lo que decidió crear un aparato que lo ayudara a tal fin y lograra la alegría de las pacientes. Y mediante el uso de la electricidad creo el primer consolador eléctrico. Ese aparto vino a revolucionar las aburridas vidas de las mujeres inglesas, y las del mundo entero.

                                                                 (recomiendo ver esta película, es magistral).

Es menester aclarar que cerca de 1920 el uso del vibrador fue cambiando. Fue el sexto pequeño electrodoméstico más vendido a nivel mundial. Se lo anunciaba en catálogos como el remedio para los cólicos del bebé, los problemas circulatorios y otras dolencias que nada tenían que ver con lo sexual. Lo usaba tanto el hombre en el cuello como los niños; ahora era un aparato hogareño, que proporcionaba bienestar familiar. 

Luego de 1955, la asociación de psiquiatría determinó que la histeria femenina no existía  como enfermedad, sino que era la ausencia de orgasmo. Los artefactos salieron de golpe de la vida doméstico para quedar en la clandestinidad. En los años 60 pasaron a ser los famosos juguetes sexuales de las chicas liberadas de prejucios que proponían las nuevas reglas de la sociedad del momento. 

Y llegamos así al siglo XXI, a dónde la forma fálica fue cambiando y se convirtieron en un accesorio de placer femenino, y también masculino, con formas suaves, distintas funciones, tamaños y colores. Materiales livianos y confiables que se inventan día a día para disfrutar de una sexualidad sana y placentera. 

Gracias Cleopatra por ser la pionera, una verdadera mujer, inteligente y por sobre todo apasionada. 

¡A disfrutar de nuestra sensualidad mujeres! ¡Viva la tecnología y el dios vibrador!

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