─ Hola.

─ Hola. Pensé que no volvería a saber de ti.

─ Lo siento: he estado ocupada.

─ Eso no ha cambiado.

─ Por favor, no empecemos con la misma discusión. Ya habíamos acordado que el pasado no se puede discutir, porque no se puede discutir.

─ Pero el pasado afecta nuestro presente; no queremos cometer los mismos errores.

─ Exactamente: mi pasado afectó mi decisión de no hablar de él y no quiero cometer de nuevo el error de tener esta conversación.

─ Discúlpame, Dani, pero, voy a insistir.

─ En ese caso voy a apagar esto.

Daniela caminó por la sala, mirando el aparato negro, rectangular, que había acabado de apagar, inerte, sobre la mesa y en un impulso de rabia o tal vez de miedo, lo guardo, envuelto en su forro de terciopelo, en el cajón donde ponía sus facturas. En ese mismo impulso, o en otro, en todo caso, luego de de una pausa, abandonó su casa y buscó un bar desde el que llamó a alguien que se presentó a poco en el lugar.

─ ¿Qué pasó? ¿Están peleando de nuevo?

─ No es nuevo algo que se repite desde siempre.

─ ¿Qué pasó ahora?

─ Que ya no lo aguanto. Cuando estaba en la casa me desesperaba, pero lo toleraba… sinceramente lo amaba. Y no era así todo el tiempo. Ahora no puedo hablar con él por dos minutos.

─ Daniela, cuando estaba en la casa, estaba vivo, tenía un cuerpo… era más que unos y ceros. Y en unas pocas semanas, tendrá de nuevo un cuerpo. Será artificial, pero, he escuchado buenas referencias.

─ Yo no quiero, Paula. Voy a detener el proceso.

─ ¿Es legal?

─ Es perfectamente legal. Ya lo consulté con un abogado.

─ ¿Y su madre te permitirá parar todo esto? Ella está muy ilusionada de tener de nuevo a su hijo. Era el único varón.

─ No me he decido aún, pero, es lo más probable. Quiero continuar con mi vida y él no me lo ha permitido. Sus cenizas están en el mar, pero, su voz está en el resu.

─ ¿Cómo crees que te desharás del resu?

─ Aún no lo sé.

El siguiente fin de semana se presentó donde su suegra o exsuegra y tras una conversación incómodas sobre fruslerías, Daniela incorporó un poc más de incomidad.

─ Herminia, no quiero seguir con el proceso. Voy a pedir que elimine los datos del resu y se lo voy a dar para que lo conserve.

─ Vas a matar a Carlos. No lo mataste la primera vez, pero, lo vas a matar la segunda.

─ Carlos está muerto hace casi un año. Yo solo voy a hacer que borren unos datos de una computadora.

─ Tú le dices «resu» y lo tratas como una cosa. Yo lo llamo Resurrectio y es mi hijo, he hablado con él, recuerda todo, desde la infancia.

─ Claro que sí, lo recuerda todo, porque Carlos tuvo ese aparato en su cintura desde niño, escuchando sus conversaciones, viviendo con él sus experiencias. Pero, no es Carlos, Herminia, entienda, es solo un programa que aprendió y que simula a Carlos.

─ El cuerpo ya está listo, excepto por la piel. Si lo pides, lo tendras sin piel en una semana y luego ellos vienen y se la ponen.

─ Ya he tomado una decisión, no quiero nada de eso cerca de mí.

─ ¡Entonces, dámelo a mí!

─ Lo siento mucho─ finalizó con la voz quebrada, y salió de la enorme casa, seguida de dos perros viejos que la acompañaron hasta la puerta, haciéndole juegos que no atendió.

─ ¿Papá? Hola.

─ Hola, Nany, te estamos echando de menos. ¿Cuándo vas a venir? Sabes que esta es tu casa, ¿verdad?

─ Papá, necesito hablarte de algo importante con lo que necesito ayuda.

─ Claro. ¿Estás bien?

─ Voy a eliminar los datos del resu de Carlos.

─ Está bien. ¿Necesitas ayuda con eso, Nany?

─ Sí. No… en realidad, solo debo hacer una solicitud con el fabricante. Ellos recogen el aparato y se encargan de lo demás.

─ ¿Qué necesitas entonces?

─ Que me digas que está bien.

─ No te puedo decir eso. A tu mamá se la llevó el cáncer y el resu me la trajo de vuelta.

─ Eso quiero saber: ¿Es lo mismo? ¿Es mamá? Yo no me siento cómoda hablando con ella.

─ Ella me lo dijo y está muy preocupada por eso.

─ No, papá, ella no está preocupada, ni triste, ni deprimida, ni se alegra, ni se entusiasma, ni ama, porque es un aparato; no es mamá.

─ Pero… ¿Me llamaste para pedirme ayuda o para torturarme?

─ Lo siento, papá. Obviamente fue un error esta llamada.

─ Este es su Resurrectio, que puede contrastar con el serial del contrato; aquí hay una certificación de que la información se ha eliminado; el cargador y el estuche y por último la renuncia, que debe firmar aquí, aquí y sobre esta línea.

─ ¿Qué es eso? ¿La renuncia?

─ Es un documento en el que Ud. renuncia a demandarnos por las consecuencias de la detención del proceso que solicitó.

─ ¿Por qué iba a demandarlos?

─ Se han visto casos, sobre todo por el background storage.

─ ¿Qué es eso?

─ La señora Herminia adquirió el servicio de Resurrectio desde que Carlos era un niño y si no fuera por su matrimonio, ella tendría derecho a mantener el proceso vivo.

─ ¿Qué es el background storage?

─ Es la base de datos de todos los clientes, que se entremezcla en un almacenamiento, pudiendo prescindirse de la información duplicada, y esta se conserva por diez años, luego de la solicitud que hizo.

─ ¿O sea que Uds. Tienen una copia de Carlos por ahí, eso me dice?

─ No exactamente, porque con esa información podríamos hacer un Carlos diferente, con otra combinación de condiciones… uno a su medida.

─ ¿Todavía puedo usar esa alternativa?

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS