Sucedió en una estación: Dos personas, padre e hijo, pasean por el andén de una estación esperando la llegada del tren que llevará al muchacho a su destino. Rebosa de ilusión que guarda en su escaso equipaje. Piensa y promete a su padre volver para ofrecerle la realidad de sus sueños cumplidos que le harán feliz.
-Desde el andén- contemplan cómo el cielo, en un momento se oscurece, se pone furioso y estalla una tormenta; suena la risotada atronadora de un trueno y el látigo tenebroso de un rayo atraviesa el cuerpo del joven.
El padre petrificado, descubre en el pecho de su hijo un tatuaje con la figura de un sol resplandeciente que no pudo oscurecer el rayo. Es como un símbolo de luz que llena su corazón roto, de paz. Piensa que el resplandor es un mensaje de amor que brota del corazón de su hijo que seguirá iluminando su vida.
Miró una y otra vez aquella imagen, que producía en él, un extraño magnetismo, signo de transmisión de energía, que se posó en él hasta más allá de la muerte.
Mª Dolores Galera.
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