Aquella noche de invierno,desde el andén invisible y nebuloso en el que me hallaba esperando al futuro,paso por mi lado la Dama de la Guadaña.Conseguí zafarme de su mirada agazapado detrás de mi sombra.Me hice invisible a sus ojos y sus sentidos.Al poco rato,mientras veía como se alejaba en la oscuridad con su imponente silueta, llegó mi tren.El futuro me saludaba desde la ventana de uno de sus vagones.Cogí ese tren esperanzado y me senté junto a él con la esperanza de que nuestra relación de amistad durara más allá incluso de nuestra propia existencia.Arrancó poco a poco y me acerqué a la ventana.Mientras dejaba aquel andén atrás pensé en saludar jocosamente a aquella Dama cuando estuviésemos a su altura,pero pronto ese pensamiento se fué de mi cabeza.No quise meter en ningún lío a mi nuevo amigo de aventuras.Por cierto,mi sombra se quedó en aquel andén,esperando silenciosa el próximo tren,que por cierto venía con retraso.De todas formas,no tenía prisa,iba hacia el pasado…….
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