El País de la Piel de Toro

“Esos dicen, que si el trabajo es salud, viva la enfermedad” depende de cual sea y si está, no impide el disfrutar del ocio. Aunque a mí, el anterior puesto de trabajo, me hicieron padecer, una muy lenta y amarga melancolía, que acabo en un desanimo en general, con el resultado de despido.

Así que me toco otra vez, empezar de cero después de tratamientos con los facultativos. ¿Quién no empezó a trabajar desde niño?, a lo largo de mi vida laboral me hice esta pregunta.

Yo recuerdo a mis nueve años, hacer por obligación ya la cama, ir a los recados domésticos y cuidar de mis hermanos menores, los de mis Papas, era peor, todo el día en el campo.

Así que cuando vas creciendo, más te van metiendo en faenas, y no os digo en la vida profesional laboral, llegas hacer un buen aprendiz de todo un experto en casi nada.

Yo no lo veré, pero ojala que esas personas que inventan los Robot,que no olviden de ponerle el chic en memoria de estos trabajos pesados de la agricultura y construcción pasando por la fundición, mal remunerado y costoso en la salud, y a los ojos de los sindicatos.

Sustituyan ya al hombre en sus faenas diarias de esclavizadas con derecho a envejecer prematuramente. Como pude comprobar con las grandes dioptrías en ambos ojos, con cristales de culo de botella, a las Señoras y Señores de las pasada época de los ochenta.

A causa de esforzar la vista en sus labores cotidianas o estudiar, con escasa y triste luz de la vela o del candil de aceite. Desde que nacemos estamos destinados al obligado trabajo precario. Parece que Dios se puso de acuerdo con mis anteriores jefes, disfrutaban viendo trabajar físicamente, con pocos recursos progresistas.

Si a nosotros lo que nos pone es disfrutar del trabajo que nos gusta, pero no tenemos esa gran suerte, el premio fueron para otros, nos da lo mismo hacer una cosa que otra, pero cada uno tiene un tipo de cualidades distinta al otro, les resultan menos apropiadas a desarrollar.

La única ventaja positiva que veo en el trabajo, es al fin de mes del escaso sueldo que nos dan, que se va marchando según pasa los días y que ha mediado, ya estamos usando las tarjetas bancarias.

Como observe, uno, esta hábil en lo laboral a partir de los nueve años, a esa edad te enseñan a pescar, para que otros más mayores que tú, se vayan comiendo el pescado.

Esto es un puteo, cuando tienes unos cincuenta años, estando en la flor de la vida, te mandan a descansar y no producir, un tiempo indeterminado sin trabajar.

Ya en la tercera edad, cuando realmente puedes poner fin de tu vida laboral y descansar, tienes la obligación de continuar trabajando cuidando y enseñando a los nietos.

Aprendes rápido las labores de la huerta, para poder alimentar más bocas, sin gastar más en los mercados de abastos. Así que somos rentables desde que nacemos hasta que nos morimos, este es al final, el Fin de nuestra Vida Laboral, aquí, en este Mundo.

Dios tiene que estar orgullosos de nuestra placentera y única vida laboral, como mi jefe aquí en la tierra, llenándose los bolsillos con nuestros esfuerzos.

Hans Solo

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