Era imposible abrir la ventana del bus, día tras día, su aroma me invadía en cada estación me sofocaba aún más. Las voces en mi cabeza me sugerían cambiar de playlist, dejar de sufrir. Pero de pronto creía ver su matricula en el primer coche blanco que pasaba y comenzaba la recaída en gravedad cero en mi interior.

Esta ruta C me grita la casa de tu padre hacia la izquierda del camino, borro el ultimo texto que tengo lleno de intriga que me pide contacto, intento agendar en el celular mi siguiente informe para no perderme en el limbo de tu sonido.

Un accidente hace que me demore de más en esta mañana sin nada de frío, con tantas preguntas, empiezo a recrear mis recuerdos y no puedo más, con esto de estar lejos. No me vale saber que eres infeliz sin mi y que yo ya no puedo retroceder.

Ya por llegar, sigo teniendo aún estas fuerzas para ilusamente creer que hoy te has puesto una de mis chompas y que has acariciado al perro diciendole: Lo busqué en todos los coches del tráfico al trabajo.

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