M se encontraba sentado en el sillón echado para atrás, dando la impresión de ser aún más gordo de lo que era en realidad. Se encontraba frente a frente de V que era una especie de secretaria muy importante. Hacia su lado derecho había una mesita de vidrio que tenía una montaña de revistas que M se había aburrido de hojear. Hacia su izquierda y un poco más lejos se encontraba un mesón y detrás del mesón estaban de pie A y Z tomando café y repitiendo por milésima vez que hacía frío y que la cosa estaba mala, difícil muy difícil , decía A moviendo la cabeza para luego dar un sorbo mezquino que solo empaparía sus labios mientras Z posaba su mirada en el estante con tazas pulcramente limpias , una cafetera Espresso C680 y un plato cubierto con galletas para todos los gustos. Todo está servido para que ustedes se sientan a gusto mientras esperan, había dicho V hace exactamente dos horas y treinta y siete minutos según el reloj de C a quien no volveremos a mencionar ya que estuvo en la misma posición durante todo el relato, es decir, mirando hacia el suelo a través de sus lentes gruesos y de pie a un costado de la puerta, a cada tanto desviaba su mirada sutilmente hacia su reloj de pulsera, repitiendo mentalmente la hora exacta y el tiempo transcurrido desde que cruzó la puerta de vidrio de doble hoja. A, Z y M ya estaban acostumbrados a la espera, porque la cosa está mala, muy mala, repetía incesantemente A y luego los tres se ponían a hablar de su experiencia laboral, M desde su asiento se erguía, sentándose de forma correcta , viéndose más delgado de lo que en realidad era, repitiendo lo que como un rezo o un mantra había dicho infinitas veces en las infinitas entrevistas de trabajo. A y Z asentían como habían asentido muchas veces antes ante otros similares a M, tomando nota y distancia , calculando las diferencias con sus curriculum vitae, ventajas y desventajas, un análisis FODA mental y mecánico mientras sus caras mostraban sonrisas de interés a lo que M les relataba. M se ponía de pie, continuando con su acto, se acercaba amistoso donde se encontraban A y Z, se dirían un par de bromas y buscarían personas y lugares comunes, así descubriría que A y Z iban a todas las entrevistas juntos, la mayoría de las veces por coincidencia lo que los llevó a formar algo, una relación demasiado similar a la amistad. De vez en cuando, miraban con suplicante impaciencia al escritorio de V quien no levantaba la mirada de su laptop . M pensó que la edad de V era muy cercana a las cuarenta y tantos. A pesar de no ser bella tenía ese aire de suficiencia y superioridad que son parte del atractivo de las mujeres mayores. Un ruido fuerte los sacó a todos de sus actividades dirigiendo sus miradas a la puerta de vidrio de doble hoja donde se encontraban dos jóvenes , uno de ellos tocándose la cabeza y el otro tapándose la boca , aguantando una carcajada o un hipo. M se había acercado a abrirles pero ellos dieron media vuelta y salieron rápidamente del edificio, M sintió que debía decirles algo , llamarlos o preguntarle al muchacho si se encontraba bien, de hecho los llamó pero su voz salió en un hilo , casi un susurro, M carraspeó y cerró la puerta por dentro, al regresar pudo ver como A y Z seguían tomando café y V continuaba con la cabeza gacha sobre su laptop.
Como M había llegado temprano , cuando no había nadie más que V , fue el primero en ingresar a la entrevista. V lo acompañó a través de un largo pasillo iluminado en su totalidad por una luz blanca y potente. El pasillo tenía habitaciones de vidrio a cada lado en las que no había nada más que mesas y sillas pero ningún elemento decorativo que indicara que existían personas que habitaran ese espacio. Casi llegando al final del pasillo se encontraba la habitación donde se realizaría la entrevista. Era una habitación pequeña, similar a las otras, habían dos hombres ocupando la mesa rectangular. De frente un hombre demasiado pequeño para la silla que ocupaba observaba con detenimiento todos los movimientos de M , este debe ser el jefe , pensó mientras lo saludaba y V se situaba en el costado izquierdo. Al terminar de saludar V le indicó que se sentara de frente al jefe. La entrevista duró diez minutos en los que M habló la mayor parte del tiempo. El hombre sentado a la derecha hizo dos preguntas que a M le parecieron irrelevantes, sin embargo respondió de forma fluida . Todo lo anotaba V en una pequeña libreta. Al despedirse M notó que el hombre de la derecha tenía una copia de su curriculum y notó , además, que este le había realizado una marca que le pareció indescifrable, recién en ese momento M se sintió inquieto, un tanto agobiado por la posibilidad de quedar nuevamente fuera de un proceso de selección, se tocó la frente y se dio cuenta que en su frente habían gotas de sudor frío y que además se encontraba sólo de vuelta en el pasillo. Al salir a la entrada se encontró nuevamente con A y Z a quienes ya se les había caído la máscara del comienzo, sus rostros estaban avejentados , ojerosos, a su alrededor habían muchas tazas de café usadas, sucias, amontonadas con rastros pegajosos de café y azúcar. M arrugó la nariz y se dio vuelta casi huyendo para encontrarse frente a la puerta de vidrio de doble hoja donde sintió algo muy parecido al espanto, espanto y terror de encontrarse después de mucho tiempo frente a un espejo.
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