Aterrizando en febrero y, quizás, en junio.

Aterrizando en febrero y, quizás, en junio.

Estimada esposa:

Estoy en Cádiz. Sabes de mi devoción por la Tacita de Plata; sus “pescaítos fritos” en la Plaza las Flores, me puede. Llegué justo a tiempo para disfrutar de sus carnavales en este año atípico por la pandemia. Me lo pasé genial. Escuché a varias “chirigotas de casapuerta”, me reí hasta dolerme el estómago con tanto ingenio… Aunque no hubo la masificación de otros tiempos, sí que se llenaron los callejones y las esquinas. El barrio La Viña, estaba a tope. La gente no paró de corear aquello de: “Ay, qué casualidad, ahora una Guerra Mundial, la gente no respeta ni que estamos en Carnaval, rian, rian”. 

Las mascarillas brillaron por su ausencia. Bueno, en realidad, me la puse. Otros también. Pero por estas tierras, cuando menos te lo esperas, aparece una ola de calor que dan ganas de darse un chapuzón en la playa. De hecho, antes de volver a casa, voy a darme un baño aquí en Santa María. Después, de echarme al solecito y secarme, cogeré el parapente y aprovechando el viento de levante, intentaré llegar lo antes posible. Déjame comida en la nevera.

Paquito. 

A/A Luz Cara de Día

C/ Horchata 30, 28002

Madrid.

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