POSTALES SUBMARINAS…

POSTALES SUBMARINAS…

Naufragaba feo, frigorífico amigo por cambios alimenticios. Entonces, saltó la idea de vender postales submarinas desde un espejo de agua, ubicado en Lincoln, Buenos Aires. Venderemos comunicaciones, continuaremos viviendo. Atentos.

Postales sumergidas para amantes refinados y exclusivos. Pocos pueden recibir una postal submarina. Hoy se impone el WhatsApp, tecnología, fría. Pero el romanticismo cálido se ejerce artesanalmente.

Ahí, reside el éxito. Hay que bajar hasta la estafeta postal con un buzo tutor, o descender como hombre rana. Venderemos cursos de buceos y postales raras. Nos reconvertiremos. Haremos dinero grande desde el fondo del agua. Emergeremos notificando lindo…

El lunes recibí una postal náutica. Me impactó fuerte. Sobre fotografía colorida de La laguna del Chancho. Místico espejo de agua bonaerense. La nota: Querido Guidrobros. Soy el nuevo administrador del Parque Natural. Coloqué en el lago un correo submarino para vender postales acuáticas. Preciso buzos prácticos, y varios carteros. Hay moneda. Puedo emplearte. Te espero pronto.

Tu amigo, Jorge Tortelo.

La postal unió dos mundos. Cambiando un rumbo incierto. Cinco correos submarinos hay en el mundo. Otro intenta surgir desde arenal pampeano. No me dejes afuera. En quince días estoy yendo. Lo imaginado es posible.

Negocios e ideas, transitan la misma senda…

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