Compartir en voz alta
El profesor nos retó. Un tumulto de ideas garabatea el comienzo de una historia. De pronto vislumbro el final para el relato en ciernes. Sé hacia dónde ir, qué esconder al lector y qué recodos tomar para llegar. Por fin la historia sabe a mí. Veinte minutos. La tensión y la vergüenza aparecen insidiosas. Dudo...