De mis aventuras con Roberto.
Me senté en el pupitre de la segunda fila, en actitud tan atenta como modesta. No pensaba encontrar amigos en el taller de escritura. A priori todos mis compañeros serían rivales; enemigos de la batalla por una oportunidad editorial en un futuro.Pero Roberto me pidió un folio, demostrando lo despistado que solía ser siempre. «Se...