club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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Sucedió en un coche Carlos Fernández. Cuarenta y cinco años. Aspecto de leñador. Me confirmó el viaje con un mensaje sin mayúsculas ni tildes: “ahi estare.” La aplicación me la había recomendado mi ex-mujer. No por el ahorro, sino como pobre solución a la soledad generada porque ella y, sobre todo, mi hija Cata cambiaran de ciudad. –La gente...
Quería volar, irme a otro lugar, pero carecía de fuerza ninguna. Esta última sesión me había dejado más exhausta de lo habitual y ya difícilmente podía rebelarme. Dos días más y podrás hacer lo que quieras, me prometí. Me tumbé bocarriba poniendo las dos manos en la tripa y repitiendo como un mantra, “estás bien”,...
Un viaje en Uber cambió mi percepción de la vida al encontrar, en el relato del chofer, la trama oculta del momento en que el fútbol casi perdió a uno de sus máximos ídolos.
Octubre siempre ha tenido para mí un toque especial. No importa si su llegada me sorprende en el hemisferio sur, viendo cómo los jacarandás anuncian la primavera. O si los ocres del otoño acarician el paisaje en el otro hemisferio. En ambas estaciones parece que el amor me hiciese un guiño invitándome a estar atenta...
El hecho de compartir coche, de compartir viaje te permite encontrar verdaderas joyas escondidas. Tian, que es el Cielo Chino es un centro de sanación oriental que aparece como un genio de la lámpara en pleno centro de la localidad conquense de Pozoamargo
Las personas tímidas (incluso alguien diría que bordes) tienen que vivir según que situaciones para cambiar su forma de relacionarse.
Un viaje en coche al aeropuerto con unas sorpresas en el camino.
No había casi despuntado el alba y ahí estaba esperando en Atocha Nuria. De pelo rubio ensortijado, de unos 25 años (calculé), más o menos de mi edad; con una camiseta blanca de tirantes, donde se adivinaban unos pechos breves y turgentes. Tras la presentación y los dos besos de rigor, nos pusimos dirección Cullera....
En el año 2350, donde los coches voladores son la norma, tres pasajeros reservan un viaje por BlaBlaCar y, para su sorpresa, los recoge un coche con ruedas conducido por un anciano nostálgico. Atrapados en un atasco y sin las comodidades modernas, los pasajeros pasan de la frustración a la admiración al descubrir el placer de un viaje lento: contemplan la naturaleza, conversan y se desconectan del mundo digital.
Tres desconocidos se embarcan en un viaje en BlaBlaCar hacia la costa. Todo parece normal hasta que el GPS los desvía cada vez más hacia un paisaje rural y montañoso. Acaban llegando a un pintoresco pueblo en plenas fiestas guiados, en realidad, por un cuarto viajero muy peculiar.
David —4,7 estrellas, 11 comentarios positivos—, la ha recogido puntual en un Honda Civic Coupé 1.6 LS color cava. Al abrir la puerta no solo ha entrado Ana, sino también el olor del cigarro que se ha fumado en el punto de encuentro. La figura del salpicadero que se parece a Elvis no tiene micrófono...
