El infarto de la Gloria
Recibimos una llamada telefónica anunciando una tragedia. Abordamos el auto a toda velocidad. Raúl y yo corrimos como si el tiempo fuera a agotarse. Gloria, con un dolor punzante en la boca del estómago, había ingresado de emergencia, su hermana, y su hija estaban igual de angustiados. Mientras trataba de subirme al carro, trastabillé sobre...