El susto en el garaje: sin Blabla, pero con música
Salí temprano de mi pequeño pueblo en la comarca de Cinco Villas, rumbo a Valencia para visitar a mis padres. Como siempre, compartí el viaje en Blablacar. Esta vez, aparte de mis dos hijos pequeños que dormían en los asientos traseros, vino una chica bastante tímida que se sentó en el asiento del copiloto. Desde...