Creando un recuerdo con sabores

Creando un recuerdo con sabores

Susana Austin

02/08/2020

Las montañas están nevadas, como helados de crema. Hace frío, el reloj coronado de flores secas amarillas marcan las 12 de la noche, el viento patagónico hamaca la casilla rodante en la que  vivo. En la parte trasera en una cama marinera descansa arropado el compañero de mi vida. Debajo de la mesa, desde donde escribo mientras escucho el audio libro: «Así habla Zaratustra», duerme Ali nuestro viejo perro.Y en mi boca se derrite despacio un chocolate artesanal, relleno de frutos rojos. El mundo entero se ha detenido, mejor dicho estamos en pausa los humanos, Covid 19 se llama la amenaza que nos tiene a toda la humanidad a lo largo y ancho del mundo encerrados mientras el universo continúa, estrellas fugaces soles y lunas que se turnan. Transcurre  monótona la vida  interrumpida por los teros que protegen la zona, se dice que estas aves son más guardianas que los perros de guardia  noche y  dia con las que comparto más de tres meses, el vecindario de calles adoquinada y un terreno verde, su habitat. La piel de mis manos huelen a dulzor, frutillas y chocolate un consuelo a la angustia de lo incierto. Las rutas y los viajes están prohibidos y el aislamiento detuvo nuestra vida nómade en un pueblito de inmigrantes galeses, hombres mujeres niños, llegaron a estas latitudes buscando el sueño de la libertad. Partieron desde Liverpool Inglaterra navegando el Atlántico llegaron a Puerto Madryn Chubut Patagonia Argentina y fundaron ciudades a su paso, dejando atrás todo la patria, la cultura, la familia y ya en tierras patagónicas salvajes también tuvieron perdidas humanas. Soy una turista en mi propia tierra, memoria y ancestros, mi abuelo era un adolescente cuando también se embarcó en este sueño inmenso de la que soy la quinta generación. En esta tierra, nace la torta galesa, una torta húmeda con frutas maceradas en whisky,coñac o la bebida que había o hay en casa. 

Y me retrae a la infancia,  tia Blanca preparo una torta de casamiento de tres tortas galesas, una se corta el dia de la fiesta de casamiento, las otras dos se guardan y se cortan y se comparten en las bodas de plata la segunda y la tercera en las bodas de oro, ya que perduran en el tiempo. Y solo me quedo la leyenda de la tradición y las tortas que compartimos en cualquier ocasión ya que la boda nunca sucedió, los novios rompieron el compromiso, a la novia no la conocí si recuerdo al novio,  tío Donald que mastico entre lágrimas suspiros hasta abandonar por un ataque de llantos el inmenso manjar gales y mientras los adultos consolaban al novio desconsolado, pude llenar mi boca sin restricción, una torta que asquerosa para mi paladar infantil y que hoy desea el paladar adulto. 

Y para sellar la creación de este recuerdo, me embriago con el aroma a coco, alma y piel de otro chocolate relleno con dulce de leche, desde Trevelin Argentina,  1.8. 2020.

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