Editorial: 25 años de la fusión fría (Tecnología y ciencia)

  Viernes 22 de julio de 2050

Celebramos hoy el vigesimoquinto aniversario del descubrimiento más importante de nuestro siglo y posiblemente de toda la historia de la humanidad: la fusión fría. Antes de este logro científico primordial vivíamos esclavos de fuentes de energía escasas, poco seguras y contaminantes, como el carbón y el petróleo. Esta carencia crónica no solo retrasó nuestro desarrollo, también provocó guerras por el control de los recursos energéticos. Atrapada en esa encrucijada la humanidad no tuvo más remedio que experimentar con fuentes poco seguras como la fisión nuclear. Tiramos incontables recursos al basurero sin futuro de la energía solar y la fusión caliente. El colapso parecía inevitable.

La solución estaba delante de nuestras propias narices pero las investigaciones pioneras sobre fusión fría fueron ridiculizadas y sometidas a una criminal falta de recursos. Afortunadamente los artífices de nuestra nueva sociedad no cejaron en su empeño. Paso a paso sentaron las bases para domesticar esa poderosa fuente de energía de la que ahora dependemos. Y un día como hoy, hace 25 años, lograron controlar definitivamente la fusión nuclear. Se borraron de un plumazo nuestros problemas energéticos y con ellos desaparecieron los límites para nuestra creatividad. La economía ha crecido sin parar el último cuarto de siglo. Ya no tenemos problemas de contaminación, producimos más alimentos de lo que podemos consumir. Hoy nuestros vehículos son más potentes y seguros que nunca, hemos explorado el cosmos. ¡Y apenas estamos comenzando!

Todavía queda mucho por hacer, el bienestar que hemos logrado aún no está al alcance de todos. Los principales responsables son los llamados “grupos ecologistas” que sabotean todos los esfuerzos de nuestro gobierno mundial. Esa minoría retrógrada, esos despreciables grupos antisistema que se oponen al desarrollo y promueven ¡limitar el uso de la energía! Pierden su tiempo, ¡no podrán detener el avance del progreso! Está muy cerca el día en que cada persona de nuestro planeta tenga su propia casa inteligente y su propio coche volador. De nosotros depende. ¡Consumamos energía! Es barata, es segura y, sobre todo, ¡es inagotable!