Hemos sobrevivido a Harry (Sociedad)

Es para mi un enorme orgullo iniciar estas líneas, que suponen el regreso a la vida de un medio de comunicación escrito tras el desastre del Harry. Para quien no lo sepa, pues abundan los grupos aislados de personas que lentamente logran conectarse a la recientemente restaurada red, ya conocemos con exactitud qué es lo que trajo el infierno: el Nuevo Acelerador Europeo de Partículas, conocido como “Harry”, colapsó en su kilómetro 93,021 el 29 de septiembre de 2050, a las 03:46 horas, provocando la pesadilla que todos hemos vivido. La mayor catástrofe en la historia de la humanidad, el hito que el género humano recordará para siempre: el día en el que el homo sapiens estuvo al borde de la extinción.

Pero seguimos vivos. Si estás leyendo esto, debes saber que la población que ha dado señales de vida asciende a unas 90.000 personas, y se calcula que este número podría aumentar hasta diez veces más. Nosotros hemos sido los escogidos para volver a empezar, de un modo más difícil que nunca.

También debes saber que hemos aprendido algo. No es una gran recompensa, pero la generación que devolvió al hombre a la caverna será recordada también porque fue además la que abrió la puerta a la salvación. El destino ha querido que los resultados de los experimentos del Harry se hayan conservado. Porque Harry fue un éxito. Julia Yarovenko, becaria en el Harry, se encontraba muy lejos de él cuando recibió, un suspiro antes del apagón mundial, las pruebas de que hemos hallado la manera de plexar el espacio: podremos construir naves para alcanzar otros mundos, irnos de este planeta que hemos llevado a la enfermedad antes de que la naturaleza lo hiciese por nosotros. Pero ese futuro no se ve cercano. Por ahora, bastante tenemos con alimentarnos, vestirnos, y lograr que nuestros pálidos niños salgan adelante.

Hemos sobrevivido a Harry: pronto la oscuridad terminará, y podremos ver de nuevo ese sol que conservamos en fotografías, que nos recuerda aquellos tiempos en los que éramos felices, y no lo sabíamos. No tenemos energía para más; seguiremos retransmitiendo.