El amor y los viajes.

El amor y los viajes.

Todo iba normal en mis vacaciones, nada fuera de lo planeado. Había pasado mas de dos años ahorrando, intentando que el día que me tocara, sea espectacular. La decisión del lugar fue un poco conflictiva conmigo mismo, tantos lugares del mundo, tantos lugares dentro de mi propio país para visitar y y yo tenía que decidir por el mas conveniente y mejor acomodado a la época del año en la que en mis vacaciones eran una realidad.

Me decidí por Bariloche, iba a visitar el mítico lago Nahuel Huapi, el lugar al que todas las personas del mundo deberían viajar alguna vez. A primera, ya supe que todo aquello, aquellas montañas, el lago, serían incomparables.

Contraté una empresa de guías de turismo recomendada por unos amigos, a través de internet. Habíamos acordado que a pesar de mi largo viaje, no me tomaría un descanso largo para no perder tiempo e iniciar inmediatamente la recorrida. Pero ahí empezó todo…

No me esperaba, la verdad, me agarró con la guardia baja. Nunca pensé que mi guía sería una mujer, que sería ella. Por lo general las empresas dedicadas al turismo ponen personas cuyas cualidades físicas llaman la atención mas de lo normal, para que todos le presten atención, para que todos estén conformes y sus paseos no sean una tortura.

Pero ella estaba en otro nivel, la primer hora me la pasé solo imaginando como sería una noche romántica con su presencia. Cuando por fin pude salir de mi trance amoroso y delirante, ella me miró y con una sonrisa que me volvió a llevar a otro mundo me preguntó «¿Te sentís bien?»

¿Que si estaba bien? Me sentía fabuloso, durante la última hora solo pensaba en lo maravilloso que sería una cita a solas con ella. Y cuando por fin vuelvo a la realidad, ella me vuelve a mandar a un mundo lleno de flores y colores sin siquiera tocarme. Que poder, que energía, pero que débil de mi parte caer en un sueño tan profundo con solo mirarla.

Los días seguían y las cosas se ponían cada vez mas fuertes. Yo sin dudas la buscaba con la mirada, intentaba todo el tiempo tenerla frente a frente, le sonreía. Ella en cambio solo hacía su trabajo, sin salirse del libreto, sin tirar una sola señal de que estaba recibiendo mi mensaje cifrado en gestos que intentaban ser amables y terminaban siendo hasta ridículos.

Desde que empezó todo, ella nunca había mostrado interés real en mí, aún cuando yo hacía todo lo posible por llamar su atención. Estaba realmente loco de amor, no podía parar de pensar en ella, todo el tiempo. Ni siquiera cuando estaba solo, en mi habitación, dejaba de pensarla.

Mis vacaciones habían terminado sin lograr nada, simplemente humillarme en público intentando conquistar a alguien que solo hacía su trabajo. En el regreso a casa y a medida que me alejaba mas de ella, fui recapacitando en todo lo que hice o dije, Cuando mas lejos estaba, mas duro era con mi reflexión.

¿En qué estaba pensando? Ni siquiera recordaba los lugares que había visitado. Sólo la tenía a ella en mi cabeza, solo ella. Con su sonrisa tan encantadora, con su mirada tan cautivadora. Pero ahora la odiaba, la odiaba por haberme arruinado el viaje, la odiaba por ser bella. Pero mas me odiaba a mi por no darme cuenta el primer día que jamás iba a lograr conmoverla un poco siquiera.

Cuando llegué a mi casa, solo pensaba en retomar mi actividad laboral. Abrí la notebook, revisé mi email y había un anónimo que me decía:

«Hola, soy Tamara, la chica que fue tu guía la semana pasada. Perdón por ignorarte, pero estaba haciendo mi trabajo y soy muy profesional. A mí también me llamaste la atención y me hacías reír mucho siempre. Espero tu llamada…»

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