«El novelista sabe, como el físico, que la realidad no es lo que los sentidos nos muestran como tal»
La novela relativista y cuántica. M. García Viño
Los personajes son pocos.
El hijo.
El compañero.
El padre.
Y muy extraños.
El lector decidirá si son reales o imaginarios…
EL HIJO AUSENTE
24 de diciembre. Un niño de 6 años y su madre vagan desconcertados por el aparcamiento de Colón, a las 11 de la noche.
La madre no sabe como compensar a su hijo de ese desatino. El no debería estar ahí. Debería estar feliz en su hogar con su familia. Es un día de amor.
Y solo se le ocurre decir: “No te preocupes hijo mío, cuando seas mayor haremos un largo viaje juntos y olvidaremos esto.”
Todos estos años he estado dándole vueltas. No sé por qué se me ocurrió decir eso a un niño tan pequeño. Un viaje… y largo… ¿cómo le iba a agradar? No sé.
Ahora, 23 años después, lo entiendo.
Hijo, ya he empezado ese viaje.
Y es largo.
Y no importa lo que tardes en reunirte conmigo.
Tenemos toda la eternidad.
EL COMPAÑERO INVISIBLE
Te cuento un cuento…
“La Emperatriz se detuvo para reunir fuerzas y miró hacia arriba…
-Viejo de la Montaña Errante… si no quieres que nos encontremos no hubieras tenido necesidad de enviarme al abismo esta escala….
Y siguió subiendo…
«Si no escuchas el aviso
que la escala darte quiso
y estás dispuesta a llegar
donde nunca has de habitar
no te doy otro consejo:
¡Bienvenida soy El Viejo!»
Cuando la Emperatriz Infantil hubo subido los últimos peldaños, dio un suave suspiro y miró atrás. Su túnica amplia y blanca estaba rasgada: se había quedado enganchada en todos los signos de puntuación, ángulos y puntas de la escala de letras…
-Aquí estoy- dijo ella..»(La Historia Interminable)
AQUÍ ESTOY AMOR.
Dolor tengo,
pero no sufrimiento.
No te preocupes por mí Amor,
tengo un máster del universo.
Soy espía rusa, especialista en alejamientos.
AQUÍ ESTOY AMOR.
Creo, realmente, en Esto.
AQUI ESTOY.
EL PADRE MUERTO
Reducido casi a huesos.
Metástasis generalizada.
Hígado, huesos, pulmones, todo lo que le miraban estaba enfermo.
Encima de la cama, con un «dodotis» puesto.
Sentada en una silla a su lado.
Fuera del espacio, fuera del tiempo.
De vez en vez, le pasaba la mano por la frente,
como queriendo borrar su sufrimiento.
El hígado ya no le funcionaba e intoxicaba su cerebro.
De pronto, dice
Como si fuera un joven,
como si no estuviera casi muerto.
“Ahora me voy a comer”
Me llena de vida a mí también
Es, no sé…
Pregunto con curiosidad
Y…¿qué vas a comer?
Dice, igual de contento
¡LO QUE ME PONGAN!
LO QUE ME PONGAN.
Sonreí dichosa.
También estaba fuera del espacio.
También fuera del tiempo.
Fuera de su forma.
Fuera de su cuerpo.
Y todo le valía
Todo le era bueno.
Yo..
Madre PRESENTE
Compañera MATERIAL
Hija VIVIENTE
practicaré la Ley de la Realidad
en la Roca-Blanca-Diente-de-Caballo
voy a meditar.
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