A veces, sólo a veces me gustaría tomar una maleta y lo poco que hay en mi cuenta bancaria para salir corriendo y tomar el primer autobús, el primer avión, el primer aventón que me lleve lejos de aquí.

A veces, quisiera huir de todo compromiso, de toda relación, de toda monotonía para comenzar a conocerme a mí misma.

A veces, pienso en las personas que viven del otro lado de mi ciudad, de otro país, de otro continente, cual será su día normal, su día ajetreado, su día total y particularmente monótono para ellos y poder cambiarlo solo por un instante y ver a través de sus ojos su vida cotidiana.

A veces, me gustaría hablar con cualquier persona que pase a mi lado, conocer su historia, su vida, sus sueños y sus dolorosas, trágicas o muy hermosas historias de amor.

A veces, quisiera temer alas para volar a cualquier lugar, lleno de paz, de tranquilidad que me ayude a olvidar.

A veces, cierro los ojos y me imagino sentada en una playa al atardecer, sintiendo la arena en mis pies, y escuchando las olas del mar cuando viene y van.

A veces, me imagino en medio de un bosque lluvioso, frío y temblando, para sintiendo la intensidad del silencio en medio de la nada, que te ayuda a poner tus ideas en claridad.

A veces, quisiera estar en la sima de una montaña, viendo el horizonte y como se oculta el sol entre las lejanías.

A veces, solo a veces, quisiera que ese día llegue. Y que me ayude a calmar mi sed de armonía y tranquilidad.

A veces….

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