EL ALMA DE MI EBOOK

Me jubilé a finales del año 2187, y desde entonces no he dejado de anotar cada día en mi ebook todo cuanto me ha ido sucediendo, en realidad, casi nada.

Han sido veinte años que en realidad parecen, a lo sumo, un par de ellos, los primeros en que todavía era físicamente útil y pude cuidar a mis nietos, ahorrándoles con ello tiempo y dinero a mis hijos.

Pero todo terminó el día que el más pequeño, dicen que por un descuido mío, tiró una taza de café y se quemó un dedo. En ese mismo momento prescindieron de mi, y ya ni me visitan desde que se han enterado de que dejaré mis ahorros en herencia a un par de ONGs.

Lo siento por los pequeños, nos teníamos aprecio y nos divertíamos juntos, pero supongo que es el justo castigo por no haber criado personalmente a mis hijos, por haber tomado el camino fácil del padre ausente, siempre con la disculpa del trabajo . . .

Mi ebook es, hoy por hoy, mi única compañía, mi almacén de recuerdos de veinte años en los que me forcé a escribir por no tener nada digno de recordar.

Mañana cumpliré 85 años y me descargarán: entregaré mi cuerpo al fuego y mi mente pasará a esta pequeña máquina que tanta compañía me ha hecho, y que irá de mano en mano, posiblemente durante generaciones, hasta que interese lo suficiente a alguien, tal vez algún biznieto que estudie historia . . .

Mañana mi forma física será la de este aparato, similar a los antiguos libros que se conservan en algunos museos, y mi destino y supervivencia dependerán de que algún ser humano me extraiga de las interminables filas de las nemotecas, pulse el botón de encendido y me despierte, justo en el momento siguiente a mañana, aunque hayan transcurrido años o siglos.

Es algo frustrante no saber cuando despertarté de este sueño, que puede ser también, quien sabe, un sueño eterno.

Nekovidal – nekovidal@gmail.com

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