La buena salsa, placer de la vida

La buena salsa, placer de la vida

Una buena salsa, es un placer divino que acompaña exquisitos platos, ya sea parte de un buen plato de pasta o parte de una hamburguesa súper gigantesca, que devoramos con el mayor de los gustos y así sucumbir ante los encantos de este placer pecaminoso, que nos hará hacer unos cuantos minutos más de cardiovasculares en nuestra rutina de ejercicios. Pero sin embargo consulte a un profesional de la cocina acerca de las salsas y este me dijo que todos esos platos que no lograban cumplir las expectativas, se les agregaba una salsa que hiciera una buena combinación y así poder cumplir la ilusión del comensal, admito que esta respuesta me desilusiono un poco, así que busque la opinión de una persona estudiosa de las tradiciones, ella explica que las guerras dieron inicio a este tan maravilloso acompañante de la cocina, estudie su opinión y me di cuenta que ella tenía cierta razón, pero dando mi modesta apreciación personal que tal vez algunos compartiremos, las salsas representan parte de lo que somos y nos dan a conocer, quien podría imaginar un buen plato de pasta ¿sin salsa?, ¿quién podría imaginar? ir a México y no comer un buen taco con salsa picante, que venezolano podría comer una empanada sin su respectiva guasacaca, ¿quién podría ser indiferente? al sazón de una picada española.

Presentando el antecedente de mi investigación, deduzco que la salsa es una muestra de cariño, de respeto por todos los ingredientes de un plato y aunque muchos digan que a veces busca ocultar los sabores de un plato, esta debe buscar de engrandecer y resaltar los sabores de dicho plato, la salsa en si misma está llena de una carga genética, de una historia de un pasado de un presente y de un futuro. Sería una aberración no manifestar amor por este grandioso acompañante y más cuando en el sentimos que llevamos una parte del sentimiento nacional.

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