Las palabras ruidosas, los slogans, los monólogos, los anuncios, los discursos

dejaron de tener sentido

Nos quedamos solos y a solas

encerrados en una ciudad que aplaude sus propias fortalezas

y bate cacerolas por sus miserias

Se empoderaron aquellos a los que nunca valoramos

visivilizamos de repente a los que se les negó desde siempre y sin excusas

una gota de agua pura, un refugio digno donde vivir

Se limpió el cielo y volvió la calma

se acabó la farsa y comenzó a desnudarse la verdad

Bienaventurados los que puedan verla, compartirla, trascenderla

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