¡Michel, come!

—Venga cariño, todos tus hermanos se lo han comido ya.

—Uhm —, Michel está callado, intentando pinchar con el tenedor una miga de pan.

—Mira, están hechas con todo mi corazón, las he cocido con una patata y una zanahoria partiditas en trocitos como a ti te gusta, después de escurrirlas las he refrito con ajo y pimentón. Venga hijo, come —Ya se estaba poniendo nerviosa—. Voy a darte de comer haciendo el avión, despega el tenedor lleno, vuuuuuuuuuu, ahora hace una curva y pide permiso para aterrizar en tu boquita, ábrela.

—No, aeropuerto con niebla, cerrado.

—Michel, come de una vez, me estas hartando.

—Que no. No me gustan.

—¡Michel come!

—Que no quiero las acelgas.

—¡Te las comerás en el desayuno!