La naturaleza nos habla:
– !No abusen de mí!
– Ustedes son frágiles, algo tan pequeño, más pequeño que una bacteria, los está destruyendo.
Pavos reales, jabalíes, zarigueyas, zorros, animales del mundo, tomen de nuevo lo que les fue arrebatado por el cemento y las ansias de capital y de poder.
Soy la Madre Naturaleza, es hora de que los humanos sepan para qué fueron creados. Amor y verdad, nada de individualismos, nada de egoísmo.
Humanos, ni les dejaré tocarse o besarse, o acercarse. Es hora que lo extrañen, para que cuando todo pase, valoren el contacto humano.
No estoy feliz con esta pandemia, pero se lo buscaron. Los he arrinconado en sus madrigueras para que reflexionen sobre el camino correcto.
Soy su madre, llena de ternura y misericordia. Estoy llevándome a los viejos porque ya vivieron suficiente. Están en un mejor lugar ahora. Los humanos de las próximas generaciones, vivirán un mundo diferente. Todo será muy distinto una vez termine la pandemia. Una luz de esperanza sobre la nueva visión antropológica.
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