Me llamo Ramón Flores y sufro de disfunción erectil, he fumado desde la edad de 12 años y hoy a mis 37 he generado la suficiente calcificacion en mi torrente sanguíneo como para ya no poder generar una erección, con esas sucias palabras me lo ha descrito el doctor, justamente hoy 11 de mayo que es el aniversario entre mi feliz esposa y yo, cumplimos 18 años de casados ahora ¿con que pene le voy a llegar? mira que si una relación pierde el sabor al pasar los años, ¿que se puede esperar de un matrimonio sin sexo? es como ganar sin gloria, un juego de béisbol sin bates, sin duda algo trágico, si mi relación con mi esposa había estado en constante decadencia estos días desde que nos cambiamos de casa para ya no tener que vivir con mis suegros, ahora este rollo ira mas en decadencia como mi jodido pene, el doctor me ha recomendado dietas y medicamentos pero mira dice que el viagra es buena opción pero ninguno de los dos nos esperábamos que fuera alérgico a el sildenafil que es el componente principal del viagra.

Ahora si que no llegaremos a las de plata, camino rumbo a casa leyendo mi prescripción medica viendo que pastillas debo tomar para estar sano pero sin ser feliz, he comprado unos aretes muy caros y finísimos para compensar mi falla de hoy en la noche.

-Querida he llegado a casa y no sabes que te traigo.

Ella baja en paños menores por las escaleras con esos cacheteros que tantas veces animaron a mi pequeño Ramoncillo la miro y no lo puedo evitar he comenzado a llorar pues he sentido como se me desmorona el corazón

-¿pasa algo mi vida?

-pues hoy el doctor me ha dicho que tengo disfuncion erecitl mi vida, todo por el maldito cigarrillo, pero es que no lo puedo evitar es como haber probado del fruto prohibido del edén y ahora tengo que pagar las consecuencias.

-vaya, eso no me lo imagine, ven acá.

ella me abrazo y pude sentir su calidez, su nostalgia, me inunde en mi tristeza y solté en llanto, la estruje tan fuerte como a un niño con su pequeño oso de felpa cuando este tiene miedo, su hombro de ella estaba totalmente mojado por aquellas lagrimas silenciosas ella me comenzó a besar como la primera vez que nos conocimos.

fue una tarde de invierno había nevado en toda la ciudad, en las noticias se reportaban múltiples accidentes, por lo que decidí caminar y evitar el uso del transporte fue cuando me percate de algo, una mujer estaba totalmente desnuda en una banca en posición fetal tratando de cubrirse del frió yo solo llegue, me senté a un lado de ella y le obsequie mi chamarra, ella me volteo a ver con las mejillas ruborizadas labios partidos, y su tono de piel tan pálida que podía perderse entre la nieve sin ningún problema sus ojos tenían un tono cobrizo sin duda y ese cabello tan largo y de un color tabaco ondulado y enredado, ella seria mi nuevo grillete de este mundo pensé en esos momentos, ella solo me miraba incapaz de decir una palabra decidí tomar la iniciativa.

– día difícil ¿no?

ella solo asintio

– gustas que te deje sola, puedo hacerlo si gustas, tampoco quiero que pienses que soy un acosador.

me levante para emprender mi camino pero, ella tomo mi mano y yo, yo no le pude decir que no a aquellos ojos, me senté y apreté su mano, su frió cuerpo necesitaba calidez tanto en la piel como en el alma.

-mi nombre es Ramón Flores es un gusto, ¿me puedes decir tu nombre?

-…me, me llamo Anette…

-que apropiado nombre, es casi tan lindo como tu.

ella solo sonrió

-¿gustas venir a mi apartamento? esta a unos 10 minutos tengo ahí ropa de mi hermana, sin duda te quedara, para que este frió ya no te haga daño.

no dijo nada solo apretó mi brazo con más fuerza, y comenzamos a caminar, ella solo miraba el suelo y apretaba mi brazo, mientras caminábamos sentí aquella dulzura de Anette aquella delicadeza que hizo que me acercara en un principio, aquella torpeza tan carismática, esa estatura tan baja, me imagine que ni a un conejo podría intimidar, ella acerco su cabeza a mi pecho hasta tocarlo.

-tu corazón late muy fuerte.

me dijo con una voz dulce y aguda.

llegamos al apartamento, ella se sentó en mi sofá, yo me dirijo a la cocina a poner un te, y ella miraba cada rincón de la casa, voy a el cuarto de huéspedes y saco unas cuantas prendas de mi hermana, me acerco a ella y se las entrego, ella solo me mira con un aspecto entre feliz y triste, la guió hasta el baño, en lo que se cambia, reviso el te que he preparado lo vierto en 2 tazas y lo coloco en la mesa frente al sofá, mientras la espero, sale del baño con una sudadera y un pants, como si de un pijama se tratase, ella se acerca y se sienta a un lado mio mientras coloca de nuevo su cabeza en mi pecho, y me dice.

– tu corazón late tan fuerte, pero late al ritmo tan triste del jazz.

toma un sorbo de te y sus labios se tornan de un color rojo arándano, su cabello rosa mi cuello y se siente bien ella se me acerca lentamente sus labios tocan mis mejillas hasta tocar mis labios, ella acaricia lentamente mis labios con los suyos, y yo siento una pasión increíble, una dulzura tan imposible, mis músculos se relajan, sus labios me derrotan y me siento como Socrates con la cicuta, ella ya me tiene, estuvimos toda la noche abrazados y solo besándonos.

es lo mismo que siento ahora, ella solo me ve y me dice,

-el amor no se trata de sexo, de días, de años, se trata de una vida.

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