Texto:
Querida hija
Sueño montañas y veo prados, escucho aves y huelo vida, cual roció de verano caigo al amanecer, solo para ver tu vida hecha lejos de mí.
Mi niña, cuya vida sigue cual pétalos al viento, indomable como olas en el mar, me doy cuenta al final que has crecido y forjado tu propio camino.
No sé si podre seguir, pues cansado estoy, y aun así en mi mente sigue marcado el verte nacer y crecer.
No olvides que mi corazón te pertenece, al igual que a tu madre, no temas por mí, no llores por mí, porque me volveré fuego, agua y tierra, me uniré a tu madre y juntos te veremos ser mejor.
Con amor
Papá
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