Caminemos juntos, pero no de la mano.

Caminemos juntos, pero no de la mano.

Era un día de verano, sin ninguna presunción equivocada. No le veía sentido alguno a vivir, de hecho, me resultaba bastante mediocre estar en este mundo sólo para satisfacer mis necesidades básicas como persona, no entiendo aquellos que le atribuyen un gran significado cósmico al hecho de estar en este funesto mundo terrenal.

Faltaban dos días y unas cinco horas exactamente para mi cumpleaños número 23, y me resulta pueril el hecho de que la gente me felicite, me den regalos y demás… En lo que a mi correspondía, quería dormir todo el día sin la penuria de no sonreír a todo el que me daba sus »buenos deseos».

Ese mismo día, donde tenía por obligación de la sociedad, sí, la maldita sociedad y el capitalismo desenfrenado que se adueña cada día más de este maldito mundo y te hace celebrar cada cosa que sucede sin tener la necesidad de hacerlo, mi madre realizó una cena donde invitó a mis compañeros de la universidad y a uno que otro vecino. Cuando me di cuenta de lo que había hecho mi madre sin consultar me dieron unas tremendas ganas de irme lejos de mi casa y meterme debajo de un puente…

Busqué la excusa perfecta para salir de allí.

-Mamá, iré a comprar licor, porque quiero hacer de este un cumpleaños excepcional

Mi madre se sentía feliz al verme tan »sociable» y como nunca antes había estado.

-Claro, Ivone, saca de mi bolso el dinero y no te demores, dile a una de tus amigas que te acompañe.

-¡No! mamá, es una sorpresa lo del trago y es para que la fiesta se torne más interesante. -Dije con una suspicacia casi única.-

Econtré una tienda.

-Sí buenas, me da una cajetilla de cigarros y una cerveza, por favor.

-Claro, señorita

Seguí caminando cuando escuché un ruido de auxilio…

-¿Qué te pasa?

-Pide una ambulancia, me siento morir, por favor. -Susurró entre dientes-

Más temprano que tarde llamé a la ambulancia, de hecho me fui para la clínica con él, y ni si quiera lo conocía, pero lo vi tan sólo, tan desesperado…

Tenía unas veinte llamadas de mamá y otras cuantas de amigos y familiares, llamé a mamá y le dije que una gran amiga se había accidentado y que apenas supe fui a la clínica a estar con ella, que esta noche no la pasaría en casa, pero que disfrutara la fiesta. -me colgó enfadada-.

Me quedé en un sofá, bueno, era el sofá más incómodo de mi vida, hasta que el médico llegó.

-Señorita, ¿es usted la acompañante de Richard?

-Sí claro, Doctor somos amigos. ¿Qué le sucedió?

-No sé si esté enterada de que el paciente sufre de leucemia desde hace tres años, su enfermedad está evolucionando de forma rápida sin reaccionar a las quimioterapias, no tiene mucho tiempo de vida, le doy tres meses.

-Se me llenaron los ojos de lágrimas- Pero, doctor ¿no hay nada qué hacer?

-No, siga a su cuarto y hable con él que ya se despertó.

Era obvio que no le diría que se iba a morir y que el médico me dijo que le quedaban sólo tres meses, pero sí le compete saber a su familia -pensé- entonces, entré al cuarto y el me observó de arriba-abajo

-¿Todavía estás acá?

-Todavía lo estoy. ¿Cómo te sientes?

-Gracias por salvarme, estoy vivo, y eso es lo importante.

-Y lo estarás por mucho tiempo -tragué saliva-.

-Eres un ángel, ya estoy bien y ya te puedes ir.

-Y tu un grosero, mi nombre es Ivone, por lo menos hubiera sido decente preguntar ¿no? en fin, dame un número al menos para avisar a tu familia que estás bien y para que vengan a ver

Note que se reía a carcajadas.

-No tengo familia, querida Ivone, pero eres muy amable, hasta nunca.

Se colocó una cobija que le tapó hasta su cara y no habló más.

-¡Eres un maleducado!, me quedaré acá hasta que te den salida

-No necesito de tu ayuda, vete

-Y yo no necesito que me hables, cállate, idiota

-¿Vienes a tratarme mal?

-No, pero dices tantas idioteces, que prefiero estar acá sin que hagas ruido

-¿Ivone, me dijiste?

-Sí, Richard

-Un gusto querida Ivone

-Pues, yo no digo lo mismo

Me miró y sonrió, mi cumpleñaos había dado un giro de unos trescientos grados, o más, de una fiesta a una clínica con un desconocido, él se quedó mirándome y me dijo:

-De lejos te veías mejor

-Pues, es el halago más lindo que me han dicho

-Me gusta tu sárcasmo, Ivone

-Y a mí no tu estupidez.

Fueron horas en las que estuvimos hablando, desde cosas mundanas, banales, estudios, familia, hasta su enfermedad, me estremeció cada espacio del alma, creo que nunca le había permitido a nadie tocar mi corazón y mi alma juntas, fue toda la madrugada hablando, no dormimos, llegó el amanecer y seguiamos riendo a carcajadas.

-Me caes bien. -Me dijo-

-Tu a mí, y pensar que pareces un engreído

-¿Salimos mañana?

-¿A dónde?

-A dar una vuelta por la clínica boba, no me darán salida

Me reí como una loca

-¿Siempre te ríes así, Ivonne?

-Si, como una bruja

-Sería un insulto para las brujas, es mucho peor

Llegué a mi casa por mi ropa, resulta que Richard no tenía familia, no tenía a nadie, sus padres habían muerto en un accidente hace un año, mucho después de descubrir su penosa enfermedad, pero lo dejaron con mucho dinero, era dueño de todas las empresas que dejó su padre y abuelo, (y no eran pocas).

Fui hasta su apartamento por su ropa para llevársela a la clínica, él tenía empleados que podían hacerlo, pero a mí me nació.

Llegué a la clínica

-Buenos días doctor, vine a traerle ropa y comida a Richard, el de la 402, ¿cómo sigue?

-Lamento decirle que tuvo una fuerte recaída, esta en cuidados intensivos.

Me sentía acribillada por dentro, la verdad lo conocía poco, fue un día de hablar pero notaba en él lo que no había hecho en nadie, era una persona fuerte, valiente y honesta.

-Iré a verlo

-Tiene que esperar, en un momento la haré pasar.

Fueron las horas más largas de mi vida.

-Señorita Ivone, puede pasar, el paciente abrió los ojos

-Richard, te traje todo lo que querías. ¿cómo es posible que me hayas hecho comprar pizza para dejar que se enfriara de esa manera tan cruel? ¡no fue buen momento para estar en cuidados intensivos! -Dije con un tono gracioso-

Él se río a carcajadas, y me miró

-Gracias, Ivonne

-Con gusto, Richard.

Tenía un viaje programado a Italia al otro día (era el regalo de mi madre por mi cumpleaños) pero la llamé y le dije que viajara sola, que tenía que quedarme porque la vida de un amigo peligraba… Me gritó, me insultó, y al final lo entendió.

Pasaron semanas y por fin le dieron salida a Richard, entonces, el me dió un sobre

-Feliz cumpleaños atrasado, Ivone

Lo abrí y era un viaje a Paris, pero solo para una persona

-¡Es maravilloso! pero, ¿vienes conmigo?

-¿Así lo quieres? ¿no te bastó con verme todos los días por cuatro semanas? ¡que intensa, Ivone!

-Me iré sola

-Yo iré contigo.

Fue el viaje más lindo de mi vida, estaba él con su sonrisa que lo iluminaba todo a pesar de estar en una situación difícil, y estaba yo sabiendo que en cualquier momento lo podía perder, como lo había advertido el médico.

De recorrer los sitios más hermosos de París: El museo de Orsay, La catedral de Notre-Dame, el Museo de Louvre, la Torre Eiffel, entre otros más.

Era el último día y Richard y yo lo hacíamos todo juntos, esa noche me invitó a cenar a L’Abeille un restaurante hermoso, elegante y con unos platos deliciosos, entonces hablamos, como siempre, de todo, me miró fuertemente

-Estás hermosa, Ivonne

-Y tu muy guapo, lindo

Solté a reírme, porque sentí sarcasmo en su frase, pero sé que el sintió más sarcasmo en la mía

-Es en serio, Ivonne, estás hermosa, te has portado maravillosa conmigo y te quiero decir algo

-Mereces todo lo bueno del mundo, dime

-¿Te casarías conmigo?

En ese momento claro que le diría que sí, pero, pasó lo más cruel del mundo, él empezó a vomitar sangre y yo a pedir ayuda y a gritar como loca.

La ambulancia se lo llevó y no lo dejé solo un instante, me fui con él, fueron las dos horas más insoportables de mi vida.

-Señorita I…

-Sí, soy yo, ¿cómo está él?

-Lamento decirle que acaba de morir

Tragué saliva, se me encharcaron lo ojos

-¡NOOOOOOOOO! -grité entré lágrimas-

Se supone que debió ser el día más feliz de mi vida, le iba a decir -Sí acepto- al hombre más maravilloso de todos, pero murió antes de escucharme.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS