Se vio parada ahí, frente al espejo. Observo sus ojos, hacía mucho tiempo que no se veía. Estaba parada, delante de ese presente inconcluso que comenzó en un pasado reciente y ante un futuro impreciso. Respiró, llenando los pulmones y el alma de olores, sabores y recuerdos. Se sintió vacía y a la vez repleta.

Reflexiono:¿Estamos parados o en movimiento? Porque el mundo fluye, se mueve, dejándonos a veces un gusto amargo y otros tantos uno dulce. ¿Saboreamos la vida, y nos adentramos en ella, o nos limitamos a ser espectadores que simplemente la dejan pasar?.

Porque saborear la vida, es apreciar el regalo que es cada instante.

Si realmente estuviéramos parados sería presente; pero ese constante movimiento en el que nos encontramos, ese flujo de ideas, de acciones, de sabores y sinsabores… nos transforman en lo que somos. Convierten el pasado, presente y futuro en un sólo instante: ese mágico momento en que nos volvemos uno con todo aquello que nos rodea.

Nos detenemos a mirarnos, tal vez podemos aun mirarnos a los ojos,y quizás nos reconocemos extraños. Y es ahí que ese aroma, esa canción, ese olor…nos transporta, nos muestra un poco de que estamos hechos. Y nuevamente solo queda refutarnos: ¿que hacemos, que queremos, a donde vamos, para que existimos?

Si realmente te detienes a preguntarte, a mirarte, a observar esa flor que crece en el terreno pedregoso, a sentir su aroma, o divisar a ese animal que sobrevive al abandono, pero que no pierde el brillo en su mirada. Si te detienes en la vida y te cuestionas… no te alarmes. Sonríe. ¡Estás Vivo!

Sólo le quedo sonreír… su alma aun vibraba la danza de la creación.

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