La vuelta

Era, sin lugar a dudas, una miss universo entre bambalinas esperando a que comenzara la función. Hace un par de semanas decidió regresar al pueblo después de casi siete años sin dar señales de vida. Los primeros doce meses de aquella etapa los pasó en Guayaquil inmersa en un proyecto de cooperación al desarrollo. Los siguientes seis años los empleó en ir de un lado para otro sin rumbo fijo; Dublín, París o Milán, fueron algunos de sus destinos.

Su localidad natal, Cabañas del Castillo, era una región inhóspita, un lugar prácticamente inubicable en el mapa debido a su escasa extensión geográfica. Hasta allí la llevó el autobús que partía de la estación Méndez Álvaro y cubría la línea habitual Madrid-Cáceres.

No durmió y apenas comió en todo el trayecto por temor a marearse. La carretera era sinuosa, estrecha y desprovista de arcenes. Cuando el autobús atravesaba las curvas más cerradas, escuchaba cómo los equipajes se deslizaban en el interior del maletero golpeando las paredes. Seis horas y media tardó en llegar a su destino, pero eso era lo de menos, no estaba sola, sus padres la esperaban sentados bajo la sombra de una marquesina que hacía las veces de estación.

Sabía que esa noche volvería a encontrarse con Andrés y, enfundada en un vestido negro ceñido que resaltaba su espléndida figura, se dirigió con su habitual elegancia hacia la plaza del pueblo. Decenas de farolillos de colores iluminaban la calurosa noche de aquel nueve de agosto de mil novecientos noventa y siete y en la verbena resonaban canciones populares que no tardó en reconocer.

No pasó inadvertida ante la muchedumbre. Deambuló largo rato por la fiesta saludando a sus paisanos (todos aplaudían por dentro). Muy disimuladamente, mientras se abría paso entre la multitud, trataba de dar con aquel muchacho sin esforzarse demasiado. Adelantando la mirada unos metros advirtió su cara; caminaban uno frente al otro. Ella, firme sobre unos tacones de aguja y él empujando un cochecito con un bebé dentro. Sonrieron, se abrazaron, la función había terminado.