En el año 5.500 de nuestra era terrana un grupo de la humanidad muy avanzado tecnológicamente llegó al planeta Cristal y en tan solo 50 años formaron una pequeña comunidad, pero muy avanzada. El planeta Cristal era crucial para la industria ya qué literalmente es un planeta lleno de cristales gigantes rodeados de vegetales, prácticamente hasta algunas montañas eran cristales inmensos. Además de los cristales, el planeta abundaba en animales e insectos gigantes no muy dañinos, como las mariposas del planeta. Las mariposas del planeta Cristal eran coloridas como el propio cristal qué reflejaban la luz, bellísimas de distintos colores. De hecho, las crisálidas de las mariposas eran cristales huecos orgánicos. Los humanos de Cristal descubrieron que podían fusionar la naturaleza con la tecnología y transformaron las cápsulas de criogenesis, mezclandolas con las crisálidas cristal, para que sean fuentes de gestación y vivencia. Los humanos se acostumbraron tanto a éstas crisálidas tecnológicas que prácticamente no querían salir de ellas, incluso después de nacer. Llegó un punto en donde, además de ayudar a alargar la vida, ya no existía una generación de puramente humana para el año 5700, eran Crisapiens.
Desde el Astrocontrol del Sistema Solar del planeta Cristal no recibieron registros del avance humano durante 10 años y activaron el protocolo para revisar la situación personalmente con un nave espacial de gestión y administración planetaria.
La nave llegó al planeta Cristal en el año 5710 y vieron un gran progreso tecnológico, pero con cierto abandono. Había construcciones e industrias avanzadas en cuanto a tecnología, pero sin gente. El grupo se acercó hasta el edificio central e ingresó a las instalaciones y, a medidas que avanzaban, vieron crisálidas colgadas por todo el techo. El grupo no estaba notificado de este tipo de cosas ni se sabía lo qué habían hecho los humanos en ése planeta todo éste tiempo, de hecho se sorprendieron de las enormes crisálidas y pensaron que serían insectos o animales autóctonos con gigantismo, cosa ya vista en algunos planetas.
Esto pasó hasta qué encontraron a un humano anciano parado en silencio mirando la pared, sin decir nada. El grupo le preguntó al humano y éste respondió que se llamaba Frank. El grupo le preguntó que pasó en el planeta y Frank simplemente dijo qué evolucionaron, sin aportar otra palabra. Inmediatamente, Frank se metió los dedos de las manos en la frente y se la abrió hasta el cráneo para abajo dividiendose y abriéndose toda la carne del cuerpo en dos. Del anciano Frank salió una versión de Frank más jóven, mientras el resto no salía de la parálisis qué veían. Frank salió entre sangre y carne de sí mismo diciendo qué descubrieron la forma de reciclar la vida sin usar clones u otra cosa artificial fuera de lo natural, a pesar que usaron la tecnología para hacerlo. El grupo le apuntó con armas y le pidieron a Frank que se agache para arrestarlo por delito tecnobiológico no autorizado. Frank se rió y, luego de la amenaza, volvió a repetir la acción de abrirse así mismo.
La fase siguiente de Frank no fue como antes, el tercer Frank salió del segundo como un humano con colores y piel cristalizada de colores varios. Los ojos de Frank eran humanos, pero gigantes hasta la altura de las orejas y tenía alas como de murciélagos, pero de carne y crisálida. Frank abrió la boca y de su boca salió una lengua larga y enrrollada. El grupo le disparó a Frank, pero Frank resistía los proyectiles y avanzaba volando hacia el grupo para atacar. Frank capturó a uno del grupo con sus patas y voló para tirarlo al piso, muriendo el miembro del grupo en la caída. Los miembros del grupo le dispararon a Frank, que volaba en el aire, y accidentalmente dispararon a las crisálidas qué también rebotaban los proyectiles.
Las crisálidas reaccionaron a los impactos y se abrieron para salir varios de estos humanos que ya no eran humanos, siendo denominandos como Crisapiens. Los Crisapiens asesinaron a todos los del grupo de humanos y solo algunos crisapiens cayeron por los impactos de los proyectiles.
Las autoridades del Astrocontrol habían enviado otra nave en secreto detrás de la qué llegó al planeta, a espaldas del grupo qué había sucumbido en el planeta, para monitorear las acciones que ocurrían allí. Escucharon y vieron todo lo sucedido. El Mariscal del Astrocontrol decidió el bombardeo viral masivo del lugar, asegurándose la muerte de estos nuevos seres humanos por medio de bombas biológicas sin necesidad de destruir todo. La orden era clara: destruir cada intento de desviación evolutiva del ser humano. Eso sí, por una razón fue un bombardeo biológico y no nuclear. Las autoridades registraron y guardaron todas las pruebas de este avance evolutivo de los Crisapiens. No se sabe sí lo registran para evitar los problemas y combatirlos o para controlarlos y, tal vez, utilizarlo. Es un secreto, nadie sabe que extraen las pruebas de éste tipo de eventos y la guardan. El rumor y especulación de lo que ocultan las autoridades es un secreto a voces que es castigado o marginalizado por los aparatos de control cultural sutil. Tampoco se sabe porque lo ocultarían, pero sin que el público lo sepa allí está guardado en las lunas de Fobos y Deimos con estructuras ocultas, pero ultrablindadas. Rumores se comentan en aquellos qué más tienen contacto con el ámbito de viajes espaciales, mientras las crisálidas y cuerpos crisapiens son guardados en almacenes criogenicos enormes con nombres de ‘Cristálidas’ por miembros de una organización con logo desconocido.
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