El misterioso caso del libro con nombre

El misterioso caso del libro con nombre

Mile Rasch

30/01/2024

Estaba en el living de mi casa, más precisamente en el sillón de tres plazas, enfrente del mismo está el televisor a su lado hay un florero con rosas rojas, al lado hay una ventana que da al patio, allí tenemos la casita de nuestro perro. En el living tenemos una biblioteca con libros de todo tipo. Estaba ordenando los libros por tema para que nos fuera más sencillo encontrar los libros y en eso encontré dentro de unos libros usado uno que tenía el nombre de su dueña escrito: Elena Mills. Me llamó la atención ya que era el único libro que tenía el nombre del dueño, se notaba que era un libro de varios años por las páginas. Agarré mi celular y busqué en el buscador “Elena Mills” para mi sorpresa me aparecieron varias personas. Pero sólo una era de una señora mayor, por lo que averigüé figuraba como que debería haber fallecido por su edad pero que no se había encontrado el cuerpo y que había rumores de que se había ido de Estados Unidos hacia Argentina con una amiga llamada Carmela que tenía su misma edad. Me intrigó mucho ese caso.

Por lo que volví a buscar el libro, era sobre el antiguo testamento, en la última página tenía escrito un año, yo suponía que era el año en el que Elena habría venido a Argentina. La fecha era “1940”. Decidí investigar qué ocurría en Estados Unidos en ese año.

Estados Unidos se habría incorporado a la guerra, por otro lado se consideraba a los homosexuales como personas enfermas, había distintos tratamientos para “curar” dicha enfermedad. Leyendo esa información y teniendo en cuenta los rumores podría ser que se escapó por la guerra y para poder vivir su amor. Elena era escritora y su amiga era actriz.

Volví a buscar el libro nuevamente ya que sólo había visto la primer página y decidí leerlo. Había cuatro sobres con distintos títulos. El primer sobre decía: “Travesía” no había nada más por lo que decidí abrirlo. En él había una carta y la desplegué para poder leerla. Se dirigía a alguien cercano por la forma de escribir. Decía: “Alemrac: Te escribo para contarte de la travesía que quiero que realicemos pronto. Te voy a estar mandando cartas a nombre de Anele. Tenía idea de que fuera en el quinto mes para ultimar detalles. Te quiere Anele”. Cuando la leí supuse que la carta era para Carmela pero no entendía porque estaba a otro nombre, pero al terminar de leerla entendí que los nombres estaban escritos al revés, el quinto mes supuse que sería el quinto mes del año, es decir, mayo. Pero por otro lado no entendía porque ella tenía la carta, ¿No se la habría hecho llegar a Carmela? ¿ o era un borrador? Al lado mío tenía un cuaderno en el cuál iba anotando estas dudas. Luego decidí seguir leyendo las demás cartas.

La siguiente carta tenía el mismo título que la anterior pero con otra letra, por lo que asumí que sería la respuesta de Carmela. Decía: “Anele, recibí tu carta, me parece bien el quinto mes. Tenemos algo de tiempo para ir averiguando. Yo tengo tíos en Anitnegra de momento es posible decime que te parece. Te quiere Alemrac”. Anoté en mi cuaderno que Carmela tenía tíos en Argentina.

Luego leí la otra carta que se titulaba “Quinto”. Al leerla me di cuenta que era una carta de Carmela en la que le pasaba más detalles de la casa en donde vivían sus tíos en Argentina. Le decía todo en clave, pero pude entender que sus tíos eran de Escobar y que vivían en una casa grande por lo que tenían suficiente espacio para ellas. Había anotaciones de Elena que decía que faltaba un mes para la travesía y que era del año 1940. Mismo en la carta le pasaba la dirección de la casa.

La última carta era de Carmela diciéndole donde se iban a encontrar para irse a Argentina. Por lo que llegué a entender habrían venido en barco. Me anoté toda la información en mi cuaderno y decidí ir a la casa de los tíos de Carmela. Tenía un viaje hasta esa zona pero no me importó. Tomé mi cuaderno, las cartas, mi celular, llaves, billetera y guardé todo en una cartera y salí de mi casa. Me fui guiando con el mapa del celular para ver qué colectivo debía tomar y qué indicaciones seguir.

Una vez que estaba en frente de la casa me di cuenta de que no sabía con qué me iba a encontrar porque era muy probable que los tíos hayan fallecido. Sin embargo decidí inhalar y exhalar y tocar la puerta de la casa.

Pasaron unos cinco minutos y como nadie venía a abrir estuve a punto de irme, cuando derrepente la puerta se comenzó a abrir. Del otro lado había una señora de unos noventa años que caminaba con bastón, tenía varias arrugas, el pelo recogido y usaba anteojos. Estaba algo extrañada por mi visita, algo temerosa hasta que la salude con una sonrisa y me presenté. Antes de que ella preguntara algo le dije que venía porque había encontrado cartas de Carmela y se las enseñé. Podía pasar que fuera la tía o algún familiar de ella o que no conociera a Carmela y en ese último caso la investigación seguiría en cero.

Luego me hizo pasar, me invitó a tomar té con bombones y me preguntó como habían llegado hasta mi las cartas. Le conté la historia desde el principio, ella escuchaba atentamente. Cuando terminé de contarle, me preguntó qué es lo que yo quería saber, le expliqué que el caso me dio curiosidad y que haría lo que estuviera a mi alcance para saber que pasó.

Ella me dijo que era la prima de Carmela, pasó por varias emociones por un lado de extrañeza, luego asombro y por último felicidad de que alguien se interese en saber du su prima después de tanto tiempo. Ella se llamaba Bernarda. Estaba feliz por mis inquietudes pero me contó que su prima no había sido muy aceptaba por sus tíos. Hizo una pausa y me contó que Elena y Carmela eran amantes debido a que no estaba bien visto ser lesbiana en esa época ya que lo consideraban una enfermedad. Elena estaba casada con un escritor, me comentó que al principio sólo eran amigas y que no había problema en que se vieran solas, pero con el tiempo pasaba más tiempo con ella que con su marido, había rumores que no las dejaban en paz y ante esos rumores y sospechas el marido de Elena la sometió a varios tratamientos. Por lo que le había contado Carmela uno de esos tratamientos era inyectarle una cantidad de insulina mayor a la que el cuerpo necesita llevándola a un estado adrenérgico, que consistía en causar una sensación de miedo extremo que los médicos aprovechaban para proyectar imágenes lesbicas creyendo que ella iba a tener repudio por lo que veía y que se iba a curar con el tiempo.

Mientras me contaba esas cosas tan feas entendí que se habría ido para proteger su amor y liberarse del marido.

Luego me contó que en Estados Unidos estaban muy metidos con la guerra, a la vez estaba esto de la discriminación y mal trato a los homosexuales y entre la guerra más los constantes maltratos del marido de Elena decidieron escapar.

En esa época no era fácil su elección sexual pero al menos acá no había guerra y no estaba el marido de Elena. Al llegar al país se cambiaron los nombres para que él no las encontrara, Elena pasó a llamarse Dionisia y Carmela, Rufina.

Había datos más claros y todo tenía sentido pero no entendía porque no se sabía nada del fallecimiento de ellas. Bernarda me leyó el pensamiento y me dijo que el marido de Elena la perseguía, él sabía que estaban en Argentina y es por ello que ellas debieron cambiar de identidad.

Estuvieron un año viviendo con ellos (los tíos de Carmela y ella), no era fácil la convivencia ya que sus tíos no aceptaban la orientación sexual de su prima.

Luego habrían ido cambiando de locación para que no pudiera hallarlas, finalmente me dijo que el marido de Elena era un señor muy influyente es por ello que habría logrado localizarlas una vez ( es decir supo que habían parado en lo de Bernarda) pero cuando había ido para la casa de ella, ellas ya no estaban parando allí. Justo el día que él fue ellas estaban parando en la casa de la abuela de Carmela pero habrían ido a lo de Bernarda por el cumpleaños de ella. Bernarda sabía que en cualquier momento Elena y Carmela iban a pasar a saludarla por lo que le advirtió a su madre Nélida que estuviera atenta. Nélida intentó despistarlo, pero esa tarea no fue fácil porque él seguía insistiendo en que estaban allí y cuando habían logrado convencerlo llegaron ellas.

Hizo una pausa para tomar té y ahí note que estaba seria. Me dijo que el marido de Elena, Hugo, se la habría llevado de los pelos hacía dónde él estaba parando.

Antes de que prosiguiera la interrumpí para preguntarle cómo había logrado localizarlas.

Ahí Bernarda me comentó que Elena solía tener un diario íntimo y que con el apuro de irse se le habría caído en su casa. Ella escribía en clave en el diario, por eso le tomó un año a Hugo tener la información exacta de dónde estaba, más sus informantes.

Estaba tan intrigada con preguntas y penetrada en la historia que olvidé por completo qué hora era. Ya hacía tres horas que estaba allí, no habría avisado a mi madre dónde iba a estar, Bernarda me preguntó qué hora era y cuando le dije me dijo que tendría que irme porque a su marido no le gustaba hablar de Carmela, que damos en volver a hablar y me dio su número.

Al salir llamé a mi madre y le conté donde habría estado y que estaba volviendo a casa. En el viaje en colectivo comencé a anotar cosas que me inquietaban, quería saber cómo fue el encuentro de Elena y Carmela para venir a Argentina, quería saber que había pasado luego de que el marido de Elena la hubiera encontrado.

Al llegar a mi casa mi madre me pidió que le contara lo que había averiguado y me pidió que la próxima vez que fuera le mande la dirección, yo ya sabía que debería haber hecho eso, siempre hacía eso pero esta vez estaba tan metida en mis pensamientos y siguiendo mi intuición que se me había olvidado por completo.

Mi madre tenía la misma inquietud que yo en saber qué habría pasado con Elena, el marido y Carmela.

Al día siguiente volví a contactar a Bernarda para preguntarle cuándo podría volver a visitarla y quedamos para ese mismo día en la tarde.

Bernarda me espero con té y medialunas. Le comenté mis inquietudes y ella prosiguió a contarme. Carmela le habría contado que se encontró con Elena en una estación de tren, luego que se habrían perdido entre la multitud de la gente para ir por barco para acá. Con respecto a que habría pasado después de que Hugo se llevara a Elena estuvieron incomunicadas ( Carmela y Elena) por diez años. Para el momento en que Carmela y Elena habrían ido a vivir con ellos, ella tenía diez años, mientras que Elena y Carmela tenían veinte años. Una vez que se habrían ido, ella veía a Carmela en una confitería que era su preferida “Las Violetas”. En ese tiempo Carmela se refería a Elena como su amiga debido a que ella era pequeña y no la podía comprender. El día que Hugo se llevó a Elena fue la última vez que Carmela habría visto a sus tíos ya que ese día discutieron mucho, en ese entonces Bernarda no lo comprendía pero después de varios años cuando Carmela pudo contarle cómo fueron las cosas es que ella entendió todo.

En esos diez años Carmela se desarrolló como actriz, tuvo otros amoríos pero no había amado a nadie como Elena.

Hizo una pausa para tomar té y comer una medialuna y aproveché para preguntarle si la había buscado a Elena, ella me comentó que Carmela nunca la había dejado de buscar. No era una tarea sencilla ya que en ese tiempo

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