ENTRE BRASAS Y PAN

Al aurora pronta tierra de amanecer, el día se ilumina a panoramas de naturaleza, cuando por vez de sol nacer cada familia se servía a trabajo de esfuerzo por hombres en el campo.

El mundo contaba población por granjas esparcidas entre comunidades de cielo abierto y hermanados a la caza y el cultivo.

La vida soñaba el momento como mañana, la gente por noches descansaba y por estrellas esperaban respuesta de cada oración.

De la semilla hasta la tierra el hombre obra a esfuerzo de sol abierto por cada espalda, separando el grano de toda paja y a ojo de confianza molían por harina toda cosecha de temporada.

A techo de hogar supo la familia con agua servida amasar hasta horno cocinar el pan que le faltaba a toda comida. A campo entre malezas de naturaleza y noches pesadas de mucho hambre y pocas presas de cazador, supo el rastreador también con engrudo quemar toda masa de harina en chapas de parrillas.

Cualquier carta puede mentir a la vida, como palabras que se hablan o como pensamientos a ideas que nunca fueron. 

Un testigo perdido por el camino sabe cuanto por hacer pan y tanto como para aprender desde todo inicio.

Sin saber que por manteca y oliva de aceite la masa se puede quemar entre brasas ardientes para comida caliente con café y silencio para todas las noches de inviernos siguientes.