Tomó la salida más próxima, la de la derecha, se mueve con agilidad, dejando una estela que se proyecta contra los muros enmohecidos por la vileza de la noche, y las luces que provienen desde las calles contiguas son apenas el reflejo del espectáculo lumínico del corredor principal. Intenta controlar su respiración. Sus pasos son firmes y ligeros, se desliza con el aplomo y la determinación de salir con vida, siente que se aproximan. Ahora el vaho, producto de su respiración, le recordaba que todavía era invierno y, probablemente, la casa de seguridad estaría rodeada. Aprieta los puños y arroja una mirada hacia sus espaldas, no están.
Sospecha que están allá. Avanzan a gran velocidad, si no fuera por el armazón de soporte biomecánico probablemente ya estaría rodeado por ellos. Tal vez sus ojos le impidan verlos pero sabe que se ocultan y avanzan hacia él, conoce su secreto, conoce el sigilo mortal de la proyección lumínica y la inexorable sentencia del plano etéreo.
Faltan unos cuantos metros, casi alcanza el punto de extracción, se ajusta rápidamente las gafas de aumento. Sus ojos quedan enjaulados por unos cilindros que ahora reflejan una luz naranja tenue que, por dentro, comienzan a desplegar el Sistema de Lectura de Saltos al Vacío. Ante sus ojos aparecen diversos números superpuestos a su visión del camino. Comienza la nieve mortecina a desmoronarse sobre la ciudad.
Se ha escabullido hacia un espacio reducido de cinco por tres metros, sin salida, rodeado por edificios desvencijados, unas cuantas ventanas dan hacia el callejón muerto, ninguna puerta de acceso, y con uno de los pistones del soporte dañados le es imposible realizar alguna maniobra que le permita huir al interior de algún edificio. Se leen entre los datos de aquellos peculiares anteojos ADVERTENCIA: ZONA DE SALTO PRÓXIMA. TOME SUS PRECAUCIONES.
De las sombras se comienzan a materializar tres soldados de La Unión frente a él, que ahora se encuentra pegado a la pared de la recamara descubierta frente al callejón al que había desembocado minutos antes. De las paredes a su izquierda y derecha se abren dos brechas, se levanta el viento y entre una pequeña capa de rayos azules emergen un par de Caminantes. Los cinco elementos de la Unión le rodean. Han desenfundado y apuntan con una suerte de armas, los tres que se encuentran frente a él le tienen a tiro con algo de apariencia de subfusil, con un cañón alargado y seccionado, a través del cual discurren luces verdes que producen un leve sonido, parecido al de la interferencia estática de una radio sin sintonía. Además, desplegaron una barrera de energía, un campo parcial, en caso de recibir fuego de respuesta. Por su lado, los Caminantes se encuentran apuntando directamente a su cabeza con rifles de precisión recortados, propios del mando táctico, armas distintivas de los Caminantes de Caza.
-Ríndase, entregue el reactivo, colabore con la Unión- Dijo con un tono de voz monótono y distante el elemento del medio de los tres frente a él. La Resistencia era la única opción. -Se le repite la orden, entregue el reactivo o se abrirá fuego letal en su contra, colabore con la Unión- Escucha a través del frío viento del invierno -Ahora entiendo la desventura del invierno- pensó para sí y, por un breve instante, pensó en alzar las manos y entregar el reactivo.
Se ha desplegado un símbolo de exclamación rojo con el siguiente mensaje: PRECAUCIÓN: COLAPSO PRÓXIMO. -Jackpot- pensó.
Los repetidores de fotones de los Caminantes comienzan a palpitar y el ruido estático se incrementa, tienen en mira al objetivo, se comienza a iluminar lo que sería el barril seccionado de un extraño resplandor rojizo, sus dedos se encuentran posados cerca del gatillo de activación, un tiro bastaría para atravesarle el cráneo y probablemente la pared que se encuentra detrás de él -Entregue el reactivo, es su última oportunidad o se procederá a abrir fuego letal en su contra- exclamó uno de los Caminantes, mientras los ladrillos y metales que sostienen los edificios que les rodean comienzan a crujir, las paredes se resquebrajan poco a poco. Desconcertadas, las unidades de la Unión intercambian miradas mientras los tres elementos, frente al primer Caminante del Vacío, se elevaron del piso. La nieve en caída se suspendió en el viento y pequeños destellos de luz comenzaron a resplandecer por encima de los cinco elementos armados y su presa. De igual forma, el suelo bajo los pies de aquel forajido comenzó a centellear y se vio envuelto en un campo esférico que le rodeó. ADVERTENCIA: SALTO POR COLAPSO. EXTREME PRECAUCIONES. SALTO POR COLAPSO. EXTREME PRECAUCIONES. Fue el último mensaje que se proyectó en las gafas.
Los tiros fueron disparados contra la esfera que se posó por unos instantes frente a ellos, disparos certeros, ninguna persona sin, al menos, una armadura Solstice IV podría haber sobrevivido, inconsciente y con graves afectaciones que sólo le permitirían respirar un par de minutos antes de morir. Disparos mortales, todos absorbidos inmóviles en la esfera, distorsionados en rayos que se retuercen como víboras, deformados por la singularidad cuántica-gravitacional, alterando el campo a su alrededor. Transcurrió un minuto en total desde el comienzo de la ruptura anómala, la primera registrada en la historia. -Se ha desvanecido- exclamó uno de los sujetos mientras desactivaba el escudo parcial de energía y comenzaba a radear más Planewalkers. El sujeto desapareció con el reactivo, no se encontró rastro en el plano etéreo, según reportes de la Central de la Unión. Los Planewalkers barrieron el perímetro al menos una semana y ningún rastro del reactivo o el sujeto, no hubieron incursiones no registradas o ilegales en la dimensión, se había ido.
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Tras la disrupción temporal, Jorah Abernathy se convirtió en el primer Void Walker. El sistema de disrupción con el que consiguió saltar o caminar en el vacío entre los planos temporales de su línea de tiempo, es conocido actualmente como Sistema de Salto Pantemporal. El sistema en cuestión necesita del reactivo conocido como Spin, producido por la humanidad durante el año 2502, siendo verdaderamente útil para realizar saltos hasta cuatro décadas más tardes. La condensación del Spin, junto con un sistema portátil de condensador de flujo y la identificadora de puntos de unión temporales y la disruptiva del espacio lograban darle vida a este pequeño momento de la historia que sería recordada como el punto de no retorno, el origen de la resistencia.
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