La noche del forastero espacial (Poemas)

La noche del forastero espacial (Poemas)

Dievelri

28/01/2023


 Homúnculo computarizado

Tonada de enigma, en ecos profusa,
Revoluciones y matices lanza;
Y a vahos de fina armonía toca.

Germina la esperanza metálica
De la mano con la flama esférica;
Con caricias, argonio manto alcanza

Y del orbe, fino rayo aumentado
Del homúnculo computarizado
Exalta la mugrienta vestimenta,
Se entrelaza en su senil mano abierta,

Titila entre transeúntes inertes
E ingresa en mí, con bríos sofocantes…
Y en su vista, al darle de mi sustento
Me percibo; y el humano ya no es objeto.



Tenger-Chérie y su canción


Cuando el horizonte,
Con carmesí brío,
Bucles de titanio
Proyecta sonriente;
Susurra mi mente:
Soy su dama espacial
Y él mi amado eternal.

La noche que viste
Loxodontas bellis:
Rebaños de Marte,
Míos y de Tarsis,
Le dice al gigante:
Soy su dama espacial
Y él mi amado esternal.

¡Tarsis! oh gigante,
Líbrame, te imploro,
Con tu helio flamante,
De falso viajante…
Yo amo al verdadero;
Soy su dama espacial
Y el mi amado eternal.

Tocó mi corazón,
Sin contacto alguno
Susurró a mi razón,
Con acto oportuno
Latente afirmación:
Soy su dama espacial
Y él mi amado eternal.

Del cielo lantano
El aire marciano
Mi falda acarició;
La luz de mi amado
Mi esencia conoció;
Soy su dama espacial
Y el mi amado eternal.



Conceptos simbólicos

Yacen helechos emblanquecidos
En bocas de matices insípidos.

El augurio intangible
Bebe abanico audible.

Tu rostro ingresa en tu rostro
Y ovoide indaga en tu rastro.

Soy, en potencia, amenaza;
De tu luz opacada una pieza.

Y grafemas de oro, pared multicolor
Cantará luego del último dolor.



Tenger-Chérie y el cosmonauta de alma oscura

La noche anterior
De oscura nave descendió,
A los bosques de carbono accedió
Con latente oscuridad en su interior;
Con ardiente deseo provocador.

A fémina de resplandor celestial
Halló el humanoide espacial,
Guiaba ella sus rebaños de loxodontas
Bellis, ante Tarsis y sus aguas quietas.

Libre ella de pectoral y otras prendas,
Par de cúpulas lapislázuli a los aires
Lucía, largas faldas traslúcidas
Descendían de sus caderas;
Su dermis ardía, en neones placeres.

Sola estaba ella, sin compañía,
Pies desnudos, en mercurio bañada,
Por ténues ráfagas explorada;
Cantando iba suave melodía
Mas no le importó al de vil osadía.

A su lado se sentó el falso espacial,
Sobre frondosos pastizales marcianos
Le dijo: Pastora espacial; mis manos
Te provocarán deleite sobrenatural
Y el sur emanará estremecido caudal.

«Tranquila déjame, ser oscurecido;
Tu impotencia es evidencia intensa
Del calostro que bebes de la vil diosa…
Mi amado, por luz de lo alto iluminado
Revive mi ser, y yo le correspondo».

Mas la toma, con acto bruñido,
Mas no triunfa en su forzado
Intento el espacial depravado:
Su mano derecha, de vil intención,
Presa es de la quemante dermis neón
De Ténger-Chérie, quien con acción
Defensiva, con flama que no escasea…

El falso cosmonauta balbucea,
Su transmisor fonético chispea;
Huye cojeante ante dama
Espacial imponente; ella al real
Se refiere y exclama:
¡Soy su dama espacial
Y él mi amado eternal!.



Lucía

Diste a mi alma la luz del segundo día
Y en tu sonrisa me sonrió la vida, oh Lucía.

Con restos de noches tristes, el otro día
Planicies arbóreas anduve, oh Lucía
Y sentado en flora extraterrestre te ví;
Félidos cuidabas, tu canción percibí.

Luz sideral de tu piel irradiabas,
Corta falda, medias altas, ténues prendas…
Tu cabellera cuarzo tus senos cubría…
Mas adoré tu misterio andino, oh Lucía.

«En las medias lunas, que magia
Dan a tus ojos, hallo analogía:
Traes tú luz a mi vida, oh Lucía».

No, triste astronauta, dijiste,
Mas sutil contradicción me diste;
Tu tiempo, tu abrazo, de tus iris el calor
E ilusión, para soñar de tu boca el sabor.

Tu corazón, con plenos respetos
Acariciaré, te dije; con actos.
Y como yo ningún otro te apreció
Y tu poder a mi ánima revivió.

Aunque me hallaste, no te buscaba,
Dijiste. Mas hoy, ante astro alba
Que de tí logra bella hialografía

Mi alma te susurra, en muda abadía:
Diste a mi alma la luz del segundo día
Y en tu sonrisa me sonrió la vida, oh Lucía.


Tat-Janá (Parte 1)

Senda acentuada por mi sombra anduve,
Por tercera vez la noche de nube
En que te hallé, mas mi ilusión contuve.

Enigmas de encanto pastoreabas…
Tú: estampa atlética, espaciales faldas;
Mi delirio: tu dulzura y tus piernas…

Mas en tu lugar hay otro, me dijiste,
Tat-Janá, eres tú, dije, mas huiste.
Pero en sueños, mi noche te desviste.


Taina- Tjasá, dama dermis de alba

Profuso es el has que irradia tu espectro,
De matices que hurtan el sabor de astro
De noche, cual la otra, cuando te encontré.

Gris de cuatro sendas de ayer contrasté
Con el germinar de tu gran sonrisa,
Que ovejas tiernas llevaba, sin prisa.

Es mi incansable aspiración el hombre
De verdad, te expresé; y encuentro tu lumbre
Cual sideral has de dama agraciada.
Cantando ibas canción desconocida:

Mi aye borrar,
Estabilidad,
Mi ilusión doblegar,
Vivir con seguridad,
Oh triste forastero estelar:
No lo hallaré en tu humanidad.
Y a otro diste tu beso,
Y tarde entendí, iluso,
Tu canto profuso.


Tristeza

De la vida he conocido,
Oh cosmos de enigma,
El llanto quieto reiterado,
Oh atmósfera de nebulosa alma,
De seis ocasos: negra esfera de aro dorado.
Oh entidad indescriptible:
Risueña es mi estampa, espacial endeble
Soy, que ante vil y desnuda deidad
Nunca postrará su corazón ni su humanidad.

Mi error ¿Cuál es?
Mi lágrima oculta ¿Tu placer es?
Cada noche, onírico abrazo me absorve
Y mi sed al sueño sucumbe
Y en caudal de cálidos fulgores
Mi alma, burlada, escurre
Y por las grietas de mi ayer
Profundiza, para ilusa renacer
Ante orbe celestial que incurre.

Oh mujer, quise trascender,
Tu esctructura de carácter conocer,
Mas hoy mi duda quiero hacerte ver,
Oh mujer ¿Construcción social?
O ser celestial y espacial:
Es tu ser,
O talvez más allá de tu vientre descender,
Lo que de tí anhelo trascender.

Oh mujer, entiendo que eres
Creatura del espacio sideral,
Cuerpo, espíritu y alma;
Del eterno muestra. Eres ser que da amor y ama,
Que a risueño forastero espacial
Humano, nunca brindarás interés.

Oh mujer, entiendo que eres
Creatura del espacio sideral,
Perfecta en elevaciones,
Deliciosa en planicies,
Que a risueño forastero espacial
Humano, nunca brindarás interés.

La otra noche, por sétima ocasión
Te hallé. Alborozos a merced de tu canción,
En el redor de tus senos hallé por rebaño
Y universos profundos en tu alma hallé por rebaño,
Mas como ayer, prohibición halla hoy mi razón.


Soplos de un mañana

Ahora que comprendes
Los segundos que anteceden,
Predichos por campos que florecen,
A los sismos de abril, de horrendas magnitudes

¿Sospechas la consecuencia
De la grieta que ingresa sin acordes
A tu esencia y al secreto de tu conciencia?

Ahora que humaniza
Tu derecho a la bio-metálica creación
De tus manos, y su piel se ruboriza

¿Sospechas de la contradicción
Que en tu ser es sepultada
Por tus dueños de alma robotizada?

Ahora que engranajes abismales
Y piñuelas de hierro infinitesimales
Y siluetas vivas de plasma, verticales…

¿El silencio degustar puedes?
¿Puedes en plena libertad amar?
¿De tu onda impotencia te quieres liberar?
¿Ahora qué comprendes?

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