¿Qué te imaginas?

¿Qué te imaginas?

Karim Alí

05/09/2016

Estimado lector… ¡Sí, sí usted! el que en este preciso instante clava sus ojos en la pantalla de su android mientras lee las líneas de este mensaje. Quiero darle mi más sincera enhorabuena por haber sido premiado con un regalo con el que jamás habría pensado: Ser “Pasajero Vip de la Realidad Ilusionada” ¡Acompáñeme, por favor! Voy a guiarle personalmente hacia ese lugar mágico. No tiene nada que temer. Ya que será el visitante excepcional de su propio universo, donde lo imposible no existe y se entremezclan la verdad con las fantasías más inauditas. Al final de esta obra podrá aplaudir emocionadamente o tirarme tomates. Ya que como fiel engullidor de libros en formato papel y/o e-books de todo género literario, se ha convertido en una persona sabia con gran capacidad para distinguir lo exquisito de lo mediocre. Pero no. Aún no. Júzgueme cuando haya bebido con los sentidos el elixir que le ofrezco.

Lo primero que le sugiero es que intente relajarse. Cierre los ojos. Desnude su mente ¡Póngala en blanco! Bloquee todas sus preocupaciones. No piense absolutamente en nada. Ahora concéntrese en una puerta. No importa el color ni el tamaño o si está abierta o cerrada ¿La visualiza? Fíjese en lo majestuosa que es. ¿Verdad? Acérquese hacia ella despacio. Muy despacio. Lentamente. Más despacio. Ya casi la roza con la punta de los dedos ¡Uy! ¿Qué ha ocurrido? ¡Crúcela con el corazón ardiente! ¡Sin miedo…!

A partir de ahora su conciencia es como una esponja que absorbe la libertad absoluta para volar y viajar en el infinito espacio, al ritmo que nuestras voluntades se compaginan entre sí para ir moldeando esa escultura camaleónica que son las ideas… En nuestro mundo no existe el tiempo. Es algo muy parecido a unas vacaciones eternas ¿Y sabe lo mejor? ¡Qué son totalmente gratis! Usted es el monarca de sus sueños y puede hacer o deshacer, construir o cambiar cuando le apetezca. Lo que vivirá a partir de estos momentos será su creación. Yo solo estaré observándole para ser testigo y dar fe de su inolvidable viaje. No se ponga nervioso, no le hago esperar más.

– ¿Preparado buen amigo? ¡Allá vamos!: Fije la mirada en el centro del círculo durante diez segundos, sin pestañear, por favor. Es como una luna de pétalos perdida en el infinito cuyos labios parecen que viene hacia nosotros para devorarnos ¿A que sí? Si acaso se marea mire hacia la parte oscura para volver a encontrar el equilibrio. Seguimos…

Un susurro de brisa marina acaricia muy suavemente, con sus manos soleadas, las lenguas azules de los ángeles. Porque son ángeles dialogando entre sí dispuestos a custodiar a los hombres para que sus caminos divisen siempre el cálido horizonte. Oleaje celestial en la orilla dorada de nuestras vidas.
Continuamos…

No es lo que parece pero se parece. «Y al tercer día ascendió a los cielos… y está sentado a la derecha de Dios Padre…» ¿Cómo? ¿Qué después bajó y desde entonces duerme la siesta? ¡Oiga, señor, señor! ¡Va a coger una pulmonía! ¡Vamos levántese que el mundo le necesita! Hasta en las rocas la muerte inmortal ironiza con los caprichos de la naturaleza.

Navegando por el mar de los deseos, el destino cambió el rumbo de tus sentimientos. No quiso darte la oportunidad de comenzar de cero. Aunque hayas cambiado aquel pasado que descolgaba en el vacío de tus noches. Pues impidió que subieras en el barco que te habría llevado al puerto en donde atraca la deseada Felicidad ¡Ay mísero destino! Que las olas que laten en tu sangre traicionera choquen contra los arrecifes. Y el barco de los sueños será un barquito de papel postrado a tus pies hundiéndose en la triste humedad del olvido ¡Destino, qué un temporal despechado te arrastre hasta el fondo del mar!

– ¿Qué ves ahora?… Veo la Victoria perpetuada por los siglos de los siglos. Un homenaje a las hazañas de algún héroe o heroína cuyo rostro ha sido tatuado entre las estrellas para cuando la noche cubra el techo de la bóveda celeste, al levantar los ojos hacia el manto negro le veamos en su plenitud galáctica y le recordemos con pleitesía ¡Por todos los astros!

¡Baila, baila luna mora!

gitaneando el silencio

desde la noche a la aurora

¡Ay cornadas del flamenco!

¡Embrujo, fuego, duende!

¡Ay mi luna, luna mora!

Las estrellitas se esconden

luciérnaga en la sombra.

– ¡Respire, respire! Deje que el oxígeno entre y limpie sus pulmones con el aire puro de la mañana ¿A que se encuentra mejor? Todo esto ha sido la filmografía que ha proyectado su mente. Yo soy la nave, usted el piloto y ambos el destino que hemos recorrido. Puedo ser dios o el demonio depende del guion que me toque interpretar. Pero suelo ser un masaje descontracturante para el alma antes que un látigo de clavos que incendia los sufrimientos.
Nuestro viaje ha llegado a su fin. Espero que haya disfrutado tanto como yo. Me presento oficial y cordialmente, ¡Soy La Imaginación! Encantada de haberle acompañado. Ahora he de marcharme a buscar otra mente, otro corazón. Continúe durmiendo. Yo no he estado aquí… ¿Eh? “Me marcho, me marcho se oyen pasos. Alguien se acerca”. Adiós, adiós, hasta la próxima ¡Felices imaginaciones!

– Javier, ¿estás arriba? ¡Javier, Javier¡, ¿eres sordo?, ¡Te estoy llamando! «Voy a subir… raro es que no me haya contestado» «Pero, ¿Qué hace acostado a estas horas?» ¡Javier despierta, despierta tenemos que llevar a la niña al pediatra! ¡Vamos, hombre!

– ¡Voy, voy! ¿Qué… qué ha pasado? ¡Pero si yo estaba viajando…!

– ¿Sí? Lástima, se pinchó una rueda del barco ¡Tenemos prisa!

– ¡Qué sueño más bonito he tenido, Isabel! ¡Siento como si me hubiera tocado la lotería!

– Y a mí el premio gordo contigo (¡) ¡Tienes la cabeza llena de pajaritos! ¡Apaga ya la radio hombre de Dios!

CALLE DE HISTORIAS DE LA RADIO, MADRID.

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